LA SOMBRA QUE ME HABITA

Quisiera dejar de cargar con este peso
que no es más que la sombra que me habita,
que en mí se solapa ungiéndose de mi esencia,
amarrándose a mi vida, que tiene mal regreso,
sin remordimientos. Nítida la halló en mí
buscando en la tormenta de luz mis ojos ciegos,
hollando, sin pudor, mis pensamientos,
vagando por mi piel, su mapa del mundo,
queriendo tomar corpórea dimensión y atavío.
No hay en ella, en su singular hálito de vida,
más conjuración que su silencio
ni más voluntad que evitarme el extravío.

 

Muchas gracias, Maramin, por tu atento comentario. Saludos.

 

Trabajo magnífico de inspiración magistral.
Excelencia y calidad sobresaliente.

 

Muy agradecido, JORGE, POR TU COMENTARIO. Saludos

 

Preciosa hermosura de poesía divina.
Talento y calidad admirables.