Las Suertes

Existen dos grandes áreas de fenómenos en la vida de cada hombre, grupo, comunidad, empresa, etc., la primera está compuesta por aquellos fenómenos llamados causales donde a una causa le sigue un efecto determinado. Por ejemplo, si tiro hacia arriba una piedra ésta caerá luego por efecto de la ley de gravedad, si un país ataca a otro deberá enfrentar algún tipo de reacción por parte del país atacado. Si una empresa comienza una campaña de publicidad para aumentar la venta de un producto, muy probablemente la venta del producto acuse recibo de los efectos de la campaña entre la gente consumidora. En todos los fenómenos causales donde se conozcan las leyes de producción de cada fenómeno es posible influir cuando es posible actuar sobre las causas de estos. Pero existe una segunda área de fenómenos donde predomina el azar -no voy a entrar en una discusión sobre si el azar existe o no, o si llamamos azar a todos los fenómenos en los que no conocemos la causa de producción de estos-, por ejemplo si tiro una moneda al aire ésta caerá por efecto de la ley de gravedad, pero si cae cara arriba o cara abajo, depende del azar. La ciencia tiene la pretensión de alcanzar un control sobre los fenómenos donde logre erradicar completamente el azar, pretende comprender las leyes de producción de todos los fenómenos al punto de que nada quede librado al azar. Sin embargo, en la vida de las personas el azar juega un papel muy importante. Muchas cosas han sido puestas bajo el control del conocimiento científico, muchas enfermedades han logrado ser eliminadas o neutralizadas gracias a la ciencia, muchas cosas pueden ser hechas hoy gracias al avance de la tecnología, en algunos países se ha alcanzado niveles de confort impresionantes. Todos estos progresos han sido posible gracias a la ciencia, también es cierto que muchos otros problemas se han generado por culpa del desequilibrio que ha provocado el mal uso de la tecnología, como los problemas ecológicos.

Sin embargo, por más que halla avanzado la ciencia en la eliminación del elemento azar en el conocimiento de los fenómenos, existe un amplio sector de azarosidad qué, muchas veces, determina el curso de los fenómenos. Pero aquí, es importante destacar algo: el azar muestra ciertos patrones que pueden ser reconocidos. Antes que la ciencia hubiera alcanzado los progresos a los que estamos acostumbrados, en los pueblos precientíficos, el azar no era algo que se dejaba de lado, sino que se lo estudiaba ya que de él dependía el éxito al hacer las cosas. Hoy cuando se construye una fábrica se trata de que nada quede librado al azar, cuando se inicia cualquier proyecto se trata de que prácticamente nada quede librado al azar, y, en buena medida se tiene éxito. Pero antiguamente el hombre estaba completamente expuesto al azar: las lluvias, el clima, las pestes, las enfermedades, no había forma de saber qué podía ocurrir, qué imprevisto podía caer como cataclismo o, como un golpe de buena suerte. Sin embargo, como ya dije antes el azar manifiesta ciertos patrones que pueden ser reconocidos, y gracias a este reconocimiento los antiguos podían prever lo que iba a ocurrir con cierta precisión. Así se desarrollaron ciencias como la astrología, donde los fenómenos azarosos podían ser predichos a partir de los patrones que manifiestan. Los más primitivos, los que no poseían los conocimientos suficientes para el análisis matemático de los astros, desarrollaron sus formas de predicción un poco más caseras e intuitivas, por ejemplo podían estudiar el vuelo de los pájaros y sus patrones, podían examinar al azar el hígado de los animales, como cae un montón de piedras a la tierra y las figuras que forman, etc.

Todo esto puede parecer descabellado para las personas formadas en la razón donde han sido educadas para reconocer ciertas cosas e ignorar otras. Por ejemplo una persona puede encontrarse en una racha donde sistemáticamente le ocurren una serie concreta de fenómenos y puede atribuir la racha al azar, y descartar esa racha como portadora de algún tipo de sentido. Es más, algunas personas se encuentran en rachas que les duran años, a veces toda la vida, y descartarlas como no portadoras de algún sentido. El hombre es muy maleable y puede ser educado para no ver lo que está frente a sus ojos.

Me gustaría que en este momento eligieran un país, una cierta empresa, un sector de la sociedad, y vean si ese país se encuentra en algún tipo de racha; mejor aún, me gustaría que encontraran algún agrupamiento que en este momento no se encontrara en algún tipo de racha. No se dieron cuenta en las noticias que se dan las cosas por rachas, por ejemplo se da una racha donde se comete cierto tipo de delito, se da una racha donde se produce una serie de errores médicos, se da una racha donde caen aviones por todas partes del mundo, o se da un cierto tipo de accidente. Simplemente se menciona como notoria esa racha y se la descarta como un patrón reconocible y que puede ser estudiado.

Pero yendo a la vida concreta de cada uno de nosotros, elijan este momento, estas últimas horas, y presten atención a lo que les ha estado ocurriendo en este tiempo, podrán ver que existe un patrón que se está manifestando. Por ejemplo puede ocurrir que cierto tipo de personas se acerque a ustedes, o que cierto tipo de personas se mantengan alejadas, que cierta área de su vida se encuentra sometida a casualidades bien definidas, que tienen problemas con los alimentos enlatados, por ejemplo han comprado alimentos en distintos lugares y de distintas cosas, y, por una casualidad inexplicable, tienen problemas con varios de ellos. Bueno, estoy hablando de cosas negativas, pero también ocurren rachas positivas. Estoy seguro que si prestan atención verán que están sujetos en este preciso instante a una constelación de fenómenos que les ocurre siguiendo un claro patrón.

Todos los oráculos actúan de forma similar: se definen un conjunto de símbolos para representar las distintas situaciones, luego se busca una pauta al azar en la producción de las distintas combinaciones de símbolos, por ejemplo barajar un maso de barajas, y luego de formular la pregunta se obtiene el oráculo. Muchos piensan que la astrología es una ciencia debido a que la pauta al azar originaria no aparece, pero no es así, la pauta se da en el momento del nacimiento. Así como se barajan las cartas o se busca un párrafo al azar en un libro, se da al azar el momento del nacimiento. Ese momento define un símbolo que se llama carta natal y que contiene la información acerca de la constitución del individuo y las líneas generales de su destino.

Cuando el elemento suerte juega un papel importante en lo que vamos a hacer, es conveniente hallar alguna forma de tomarlo en cuenta. ¿Cómo hacerlo cuando no estamos entrenados para adivinar a través de los oráculos? Muy simple, en estos momentos hay cosas que dependen directamente de ustedes, si están lavando el piso es probable que esté mojado, si han encendido el televisor debe estar encendido, pero existen cosas que les están ocurriendo sin su voluntad, por ejemplo hace un momento recibí dos llamadas telefónicas equivocadas, seguían cierto patrón. Es muy probable que si en este momento les preguntara cómo está su suerte, podrían contestar con bastante precisión, podrían decir que ha sido un día malo o bueno, que ciertas cosas les salen bien o mal, etc. Si están por iniciar algo es seguro que estén bajo los efectos de cierta suerte, por ese motivo han elegido iniciar lo que quieren comenzar. Por ese motivo es probable que les esté ocurriendo varias cosas relacionadas con respecto a lo que desean, basta con sentir qué información le están dando esas cosas que les está ocurriendo. Así podrán hacer algo con la suerte a favor o en contra. Si comienzan algo con la suerte en contra, no quiere decir que no podrán terminarlo, pero lo más probable es que deban enfrentar una cantidad de problemas imprevistos. Si empiezan las cosas con la suerte a favor, es muy probable que todo les salga bien, que sientan que las cosas los llevan por el sendero que quieren.

Para los que conozcan algo de taoísmo es posible que estén reconociendo en lo que diigo aquello que los taoístas llaman Wu Wei, que consiste en no-actuar. Este no-actuar en realidad no quiere decir no actuar, sino que quiere decir disminuir al máximo el empujar por nuestra parte y en dejarse llevar por las cosas que se dan. Si las cosas nos llevan por un camino ý, éste camino es el que nos gusta, nos dejamos llevar. Si el camino no nos gusta, simplemente no actuamos, no luchamos tampoco. En síntesis, se actúa en función de las suertes.

El camino del Tao es el camino de la Fortuna, el camino de la buena suerte, consiste en tomar conciencia de las líneas de buena suerte del destino y seguirlas, o dejarnos llevar por ellas, y no prestarles atención a las líneas de mala suerte, ni seguirlas, ni luchar contra ellas. El mejor destino estaría configurado por las líneas de buena suerte que nos sostienen.

¿Qué es una persona necia? Es aquella que sistemáticamente lucha contra los molinos de viento, que si algo le sale mal insiste e insiste. Lo curioso es que a estas personas las persigue la mala suerte, debido a que viven luchando contra aquello que más mal les provoca. Cuando se sigue el camino equivocado por mucho tiempo ocurre desastres, enfermedades, que obligan a cambiar de rumbo. Una enfermedad muchas veces se presenta cuando es necesario cambiar de rumbo en nuestras vidas. Las personas necias no tienen tacto para las suertes de las situaciones, continuamente eligen lo peor para ellas, son ciegas a todas las señales, a todo lo que les ocurre. Empujan y empujan. No se dan cuenta que las personas que llegan al éxito lo hacen porque eligen hacer aquellas cosas en las que la suerte les favorece. No es tanto por esfuerzo, es más que nada por suerte.

Aún en las peores vidas existe un débil hilo de buena suerte, sintiendo ese hilito y siguiéndolo puede que poco a poco el cause se haga más intenso y seguro, ese es el camino del Tao, el camino de la Fortuna.