Las vidas que quitaste.

¿Qué se siente descansar allí?
Tal vez,
una ligera paz,
o quizá,
una penetrante sed de victoria
que no sabes si ganaste
porque te bebiste toda el agua
de los miles de reclamos.

¿Olvidas a caso,
el arma infame?
¿Olvidas las miradas de ellos
frente al hueco cobarde?

Dices honrar ahora
la verdad y la reparación.
Yo pienso que es la gran depravación
de tener las manos blancas,
pues secaste el rojo de la sangre
con la ropa de los pobres mortales.

Diré solamente a los adalides,
con mi dedo indice bien alto,
que por mucho que escondan
ese pasado ahogado en miles de llantos,
las voces de los ajusticiados hablan.

Pero,
¿Que más se puede decir,
cuando estás sentado
en las vidas que quitaste? ​

 

Me he quedado absorto leyendo este reclamo.
Es un grito silente de las víctimas. Una llamada a examinar cuanto puede el odio pisotear al instinto y la compasión.

No sé que más decir, sino reflexionar con la cabeza baja.

 

Gracias mi señor dragón por entender y pensar...................lo quiero mucho...................Clari...............y su besito que no podía faltar

 

Y así con caras y manos lavadas vuelven, insensibles, indolidxs, indiferentes, cínicxs, con cancioncitas y sonrisas de paz entre palmadas, y globos, palomas al aire, y serpentinas papelillos brillantes. Y esclavitudes perpétuas bien sujetas, y hegemonía (como diría Noam Chomski) aunque se comprometa la supervivencia, o aunque la supervivencia de unos pocos sea el subvivir de casi todxs.

Aplausos para tu dedo índice bien alzado.

 

así es mi papá..................te amo papá.............por siempre................tu hija que te admira y respeta..................tu Clari

 

Bello e intenso poema que clama en honor de las victimas de la barbarie y de la a veces incomprensible condición humana, no se puede decir más bello ni más alto ni más claro, me gusta esta faceta tuya fuerte y valiente que surge de tus hermosas palabras repletas de verdad amiga Claridad. Abrazote de admiración vuela. Paco.