Lentamente voy ganando lugares

Lentamente voy ganando lugares
en los desiertos.

Más polvo en las venas.
Blancas montañas pintando la respiración.
Y la risa.
Que golpea las manos.

Bajo la mesa se derrumban.
Las agujas.
El acero.
Las delgadas piernas del nerviosismo.

Más sudor en la piel.
Blancas sonrisas.
Y el sabor a asfalto.
Y a podredumbre.

Lentamente me derrumbo
de inconciencia.

Caminando voy.
Sonriendo pasos equivocados.
En los desiertos.
De la noche

Manos ortopédicas.
Dagas atravesadas en la conciencia.
Durante la luna.
Pisando las aguas de la mañana.

Y las hojas secas en el suelo.
Que elevan la razón.
Inconsistente.
Y los sentidos explotan.

Lentamente voy descubriendo
que no hay donde caer.

Las convulsiones de la voz.
Tienen poca vida.
Las convulsiones de los vasos.
Quiebran las mandíbulas a puñetazos.

Y no quiero llorar.
Porque el valor está derretido.
Entre las botellas.
Bajo los vasos, entre las montañas.

Para vencer la muerte.
Para terminar agitando los sentidos.
Un poco más en el viento de la noche.
Un poco más la respiración raspa el sabor de las cosas.

Lentamente voy ganado lugares
en el cementerio


Epitafios y maldiciones.
Terminan en mi pecho.
Espadas de miradas indecentes.
Desnudan las piernas de alguna caricia prestada.

Fuego que sabe a piel.
Y corrompe las horas.
De esta noche vieja.
Y sus esculturas desnudas.

Un tren de revistas risueñas.
Un despertar ridículo.
Pensar en la mujer a mi lado.
Sin sangre, con sabor blanco entre sus labios.

Lentamente tengo hambre
de impaciencia.

Se hunden.
Las abejas plateadas.
Y las pupilas.
Se encienden quemando las imágenes en los cristales.

Criaturas de todos los colores.
Gimen en las mesas.
Con botellas.
Hambrientas de sed.

Pensamientos que vienen de todas partes.
Son ahorcados en mi cabeza.
Y de derraman
Como sonidos irracionales desde mi boca.

Lentamente voy ganado lugares
en el infierno.

Dagas de negligencia.
Esperan bajo las huellas.
Con calor.
Y con olor a desechos

La música suena fuerte.
Los callejones saben a moribundas lágrimas.
De miedos.
De sangre.

Los sonidos suenan extraños.
En las cortinas.
De los ojos.
Rojos.

Estoy llegando a las primeras horas de la mañana siguiente
y lentamente, me voy perdiendo de mi mismo.

 

Muchas gracias LuzYAbsenta por pasar y por tus comentarios... Saludos

 

hay buenas imágenes, este fragmento me gustó mucho.

Se hunden
las abejas plateadas
y las pupilas se encienden,
quemando las imágenes en los cristales.

Criaturas de todos los colores;
gimen en las mesas,
con botellas
hambrientas de sed.

Pensamientos que vienen de todas partes,
son ahorcados en mi cabeza
y se derraman,
como sonidos irracionales desde mi boca.

Lentamente voy ganado lugares
...¡en el infierno!

 

Se me erizó la piel, creo que el ocaso del momento parodia lobos hambrientos del equilibrio y el hado del alma, es que se pierde el terreno mundano para sumergirse en espeso lodo de descenso infernal, pareciera no haber sosten de escape en el escenario necrófilo y demencial que sostiene la palma de la vida capitulando sus fantasmas, clara resaca de vida quedara tras el sol, sosteniendo una furtiva capa negra de desahogo un vaso de alcohol que empuja a lo hondo.¡ Brillante!Deberían dejar repetir reputación, Hermano mío, lo has hecho otra vez, brillar... entonces brilla, un gran abrazo.

 

jajajajaja... Muchas gracias por pasar ñiña y por tu agradable compañia en estas imagenes

 

Logras unas imágenes exquisitas que afirman las miserias que puede capturar el momento que hiere, me ha encantado pasar, lo disfruté mucho, saludo cordial.

 

Muchas gracias Chrix por pasar... Muchas cosas pasan a veces, me gustó la fras "capitulando sus fantasmas" aunque a veces el fantasma es uno mismo...

Da lo mismo lo de la reputación, me siento mas que agradado con el hecho de que pases a ver las imagenes y estan generen algo al leerlas...

Saludos Chrix, un Abrazo...

 

Muchas gracias Nancy ... un agrado inmenso que puedas pasar a ver estas imagenes que quizas son de mucha miseria del alma... ... no tan agradables de leer muchas veces

 

Desde que nacemos vamos ganando
poco a poco pero sin pausa ese lugar destinado para nosotros
desde la nacencia. Un abrazo amigo, la amargura de la existencia
se siente en estos versos tuyos.

 

Vivir para estar oblogados para con ese destido... puede resultar frustrante... pero es un viaje intenso...

Muchas gracias Dulcinista por pasar y por tus palabras... Saludos