Liras ligadas logran labrar los lúcidos locos

Maramín, ¿me perdonas?
que tu Lira, oportuna y ordenada,
recuerde a mis neuronas
que mi última rimada
debería haber sido silenciada.

 

Aquí no pasa nada
si en alguna ocasión hemos errado;
la falta está olvidada
si vamos con cuidado
y dejamos aquello equivocado.​

 

Me voy para otro lado
y me llevo la música a otra parte;
ya todo ha terminado,
se me ha acabado el arte.
A bordo de mi nave estoy en Marte.​

 

Yo no quiero cansarte,
mi táctica es sencilla y ancestral
que, para conquistarte,
no tiro de manual,
sólo he de ser sincero y natural.

 

Pues no está nada mal,
me gusta lo sencillo y campechano
y es un error fatal,
pero también humano,
el querer ganar siempre por la mano.​

 

En ti pienso, hermano,
al mirar los sarcófagos del cielo
que no alcanza la mano;
la lágrima en el suelo
silente testimonio de mi duelo.
​

 

Me dicen que no coma
platos precocinados, chocolate
que alteran el genoma;
tremendo disparate,
ni salsas, ni jamón, ¡Vaya dislate!

 

Siempre te he sido fiel
y he guardado por ti mis energías,
extirpando la hiel
con dolientes sangrías
pero ni aún así en mi ser confías​

 

Puede que, con paciencia,
algún día cercano haga una Lira;
cuento con la inconsciencia
del que, inocente, aspira
a que su verso pueda irse de gira.

 

La lluvia no me inspira,
necesito sentir el tibio sol.
Me parece mentira,
he perdido el control:
voy a tomar de chocolate un bol.​

 

En el juego de rol
la guerrera enfrentaba con su espada
la amenaza de un trol;
de una sola estocada
a la bestia dejó incapacitada.​

 

Perdón, sólo han sido unos segundos de diferencia..


Está saliendo el sol,
me detengo y atuso mi mostacho,
un lento caracol,
imagínole macho,
avanza y yo le dejo, no me agacho.

 

Esta Lira frustrada,
por segundos culpable de ansiedad,
se siente avergonzada
y os dice la verdad:
el caracol causó fatalidad.

 

No me endilgues sermones
que tengo la cabeza que me explota;
dime tus opiniones
para que tome nota
y luego pueda hacerte la pelota.​

 

¿No te gustan mis liras?
Pues me salen a cientos por minuto,
si en el fondo me admiras
porque no te discuto,
y además sabes bien que las disfruto.​

 

Quiero un abrazo de oso,
de esos que te confortan y te curan,
un abrazo amistoso.
de los que mucho duran,
y las penas del alma las conjuran.​

 

De nuevo con la queja:
los muebles del salón quiere cambiar,
la butaca está vieja,
el sillón a quemar,
la alfombra persa piensa en fulminar.

 

Tu mirada es tan pura
que en ella veo atisbos de una diosa
que a los gatos conjura;
es tu estela dichosa
una razón que te hace bien hermosa.

​

 

Este es mi pensamiento,
nacido sin alardes de cultura,
si no es de su contento
y le causa amargura
busque alguno mejor en su impostura.

 

La fe es la armadura
que ante el mal me protege y que me guía
lejos de la locura
siendo aquél que confía
en que hay cosas que irán mejor un día.​