Liras ligadas logran labrar los lúcidos locos

Como una roja flor
se la notó temprano esa mañana.
Le causó un viejo ardor
en su zona pelviana
la enfermedad venérea bacteriana.
​

Aclaro que las hay virales también, de modo que no es una redundancia.

 

Con liras me recreo
escuchando sus timbres pertinaces
que alientan mi deseo
de seguir sus compases,
anotando sus notas en mis frases.

 

Fue Fafnir, de los Ases,
el autor de esa llama que repliegas.
De soslayos, das clases.
Mas mis deidades griegas
del ardor son mejores estrategas.​

 

Intrigas palaciegas
desquician y ocasionan arrebatos
que ocasionan refriegas
en todos los estratos
cuando se oyen sus ecos insensatos.

 

Cual dos aves silentes
llorándole a la lluvia rotos nidos,
tus ojos decadentes
son pájaros dolidos
que moran en tus sueños incumplidos.​

 

Estoy como las setas
con tanto embuste vil de este gobierno:
de fiemo son mis dietas,
¡fiemo del cuento eterno!
y en la penumbra, pues me informa un cuerno.​

 

Escribí en mi cuaderno
del refranero un dicho que se expande
que pongo hoy que alterno
pa lo que guste y mande;
y dice: Pueblo chico...infierno grande.

 

Suele ser importante
apreciar el valor de un refranero.
Un tipejo ignorante
hijo de un caballero
me afirmó el aforismo del herrero.​

 

Libraré la barrera
que han puesto cada vez para alejarte,
y en mi dura carrera
por fin he de alcanzarte
para entregarte el corazón y amarte.

 

Dicen que “todo es arte”.
Observa al niño haciendo una pirueta,
cómo logra embriagarte
el día, como atleta
de la risa montado en bicicleta.​

 

Me dicen que el color
es algo en lo que nunca te interesas.
Mira al estibador.
¿Le aguardarán princesas
etéreas en su choza de promesas?​

 

Por tus ínfulas ésas,
rechazas mis regalos por baratos,
y en seguida me expresas
que no aceptas mis tratos
porque piensas que soy un pelagatos.

 

Ya no existen beatos
capaces de aguantar tu impertinencia.
De tantos malos tratos
se agotó mi paciencia.
A casa de mamá me voy, Fulgencia.​

 

No sé si es insolencia
entrar en estas liras por la cara,
quizás me falte ciencia
pero os daré la vara,
pues se me da fetén meter cuchara.​

 

Tremebundas pavuras
causaron los fulgentes invasores.
Nos huelen a basuras,
perros muertos, licores
rancios, estos astrales predadores.​

 

No sin mucha porfía,
billete, vino y clase pudo Mario
conquistar a María.
Hoy es su aniversario.
¡Cómo se aguanta bálsamo y calvario!​

 

Augurando bondades
para evitar en sus personas daños
en todas las edades
en que escalen peldaños;
que siempre sean mejores sus cumpleaños.

 

Paseo entre castaños
disfrutando del aire en la mañana.
Pensamientos extraños
en esa hora temprana,
me vienen y me inunda la desgana.​

 

Con el culo de rana,
las pupas que me causas, maja impía,
¿me sanarán mañana?
¡Tanto espero ese día
que te cambies mujer la lencería!​

 

Es una tontería,
no me apetece el cambio de la ropa;
también se ensuciaría
si me tiro la sopa
o se me vuelca el vino de la copa​

 

¿Es cierto que en Europa
con damas casi en cueros y envinadas
el “gentlemán” se topa?
¡Qué lujo, qué fiesteadas,
deberían venir todas becadas!​