Liras ligadas logran labrar los lúcidos locos

Esotérica ciencia
es leer el vaivén de tus antojos.
Sitiada la paciencia,
reducen a despojos
al pobre corazón tus labios rojos.

 

Son prueba tus sonrojos
de emociones ocultas y temores,
la prueba es que tus ojos
no esconden tus rubores
hablando sin mentir de tus amores.

 

Bellos versos a diario
la lira suele darnos en cuantía.
Sin su diccionario
creo que moriría.
Tal vez soy sensiblero en demasía.

 

Pernocté en el santuario
de la Santa patrona de mi isla
Anoté en mi diario
que la rutina aísla
mientras, la ley y no el amor, legisla.

 

“Día de la partida”,
dijiste, cual si fuese rutinario.
Fuimos toda una vida
e instantes de calvario.
Te fuiste sin un solo comentario.

 

Como si fuera un saurio
tan solo por ser vieja tú me tratas
Tú eres un dinosaurio
mi Rex en alpargatas
aunque te vistas fino así retratas.​

 

Espera que me arme
de valor para entonces confesar
lo que logra alarmame
ver tus ojos viajar
hacia él mientras voy rumbo al altar.

Al recitarlo, me suenan naturalmente bien separadas esas:
"me_arme"
"hacia_él"

 

He oído sonar
una ruidosa alarma que ensordece,
no la quiero escuchar.
El suelo se estremece,
su fatídico aviso me ensombrece.

 

Necesito cemento
en mi país es un grave problema
debo hacer un invento.
No mencionar el tema
es más sano, asuntos del sistema.

 

Un pensamiento quema
los minutos más lentos de la tarde
y plantea el dilema:
sólo brilla lo que arde
pero es arder brillando un vano alarde.

 

Llegó la espiroqueta
hurgando, de mi sexo, lo más hondo.
Tal vez con simple treta
aquel vello tan blondo
guardaba tu misterio tan hediondo.

 

A veces duele muy hondo
que me encuentre esperándote y no vengas,
si yo te correspondo.
Es mejor te contengas
He pensado tal vez no me convengas​

 

Aunque me desavengas
con tus mohínes crípticos y juegos
quisiera que te atengas
al despliegue de fuegos
que dices son un don de mujeriegos.

 

¿Un don de mujeriegos?
no creo que los tengan los señores
se la pasan en juegos
que luego hacen dolores
a muchachas que ingenuas dan amores.​

 

¡Qué horrible perorata!
No he podido evitarlo, me he dormido.
Y es que siempre relata
el mismo sinsentido
que resulta pedante y aburrido.

 

Ha estado sin sentido,
en coma, por dos décadas completas
Muy poco se ha perdido:
Giro al Sol de planetas,
tres guerras y casi dos mil chuletas.

 

Cuando comes chuletas
como una predadora, bien gordita,
a prueba las banquetas
pones, mi troglodita.
Tu piel se estira y nunca se marchita.

 

Yo no se que te quita
que yo vaya a mirar atardeceres
pero siempre te agüita
será porque tú no eres
el que llena mi vida de placeres​

 

Relatan los anales
de la historia oficial que sale escrita
que de todos los males,
inculpan y hasta gritan
de su oponente amañan cada cita.

 

El calificativo
que merece el desdén al cual sometes,
con aire destructivo,
a tantos mozalbetes
es abyecta materia de retretes.

 

No sueltan los chupetes,
recuerdo tan cercano de unos caños,
mejor que los juguetes,
que al paso de los años
precisa de caricias y de apaños.