Liras ligadas logran labrar los lúcidos locos

Desea y me suplica
que yo le compre un nuevo celular,
el pedido no aplica.
¿Para conmigo hablar…?
¡Si cuando estoy, no viene a conversar!

 

Te busqué en este espacio
donde yo solía esperarte amante
tú llegaste despacio
con sonrisa flamante
me ofreciste un anillo con diamante.​

 

Este bello diamante
que acompaña mi amor no es sólo un necio
capricho del errante
ni del corazón precio,
es el valor real de lo que aprecio.​

 

No digas que no aviso,
si tu perro en la calle al mío ataca
seré algo más preciso
con mi querida estaca
y no habrá, te aseguro, un toma y daca.

 

Apresuradamente
me dijiste, “preparo las valijas”.
Y afortunadamente,
ya todas nuestras hijas
me dicen, “nos quedamos, no te aflijas”.​

 

Verás, si bien te fijas
que gradualmente me alejo de ti.
He esperado que elijas,
no me quieres a mí.
Comprendo amor, que solo yo sentí.

 

¿Cuándo el tiempo es precioso?
Cuando lo depositan en las manos
del que es más laborioso,
en manos de artesanos
de los entretelones y troyanos.​

 

Los sueños juveniles
son meta que el futuro nos presenta
apena quince Abriles
y ya nos damos cuenta
de qué aspiramos lograr en sesenta.

 

La vicepresidenta
es la titiritera del señor.
Se la ve muy contenta
fingiendo el contralor
del erario en chanchullo atracador.​

 

Estado contralor,
puro marionetista de arlequín
vigilar es labor,
que no lleguen al fin,
sostienen el telón hasta el confín.​

 

En tus versos sin fin
siempre encuentro alegría, inspiración.
Tienen un retintín
con agradable son,
siempre quiero entonarlos en canción.​

 

Sufro de comezón
cada vez que te veo por la calle.
¿Será que eres bombón
en un divino talle?
Pido, amor, que esa cremallera falle.​

 

Ese es un gran detalle
que me hables por saber de mi salud
no hay nada que me falle
yo estoy en plenitud
lo poco que me falta, es juventud.​

 

¡Mas no decrepitud!
¡Vetustos, los atuendos remendados!
Achaque y senectud
sigan nomás sentados
o que mansos se vayan a otros lados.​

 

Será de los albores
un camino empinado, trascendente,
anuncien ruiseñores
la vuelta de la fuente
sin depender del "ser inteligente".​

 

“Se le vio envergadura”,
dijeron cuando el niño vio la luz.
“De mí, genio y figura,
firme cual arcabuz!”,
dijo el padre, orgulloso y andaluz.​

 

Quién ha visto la luz
en el famoso túnel, conmemoran
todos, no ese trasluz,
quienes nacen memoran,
es que no ven la muerte, vida exploran.​

 

Si nos desenamoran
rutinas que carcomen la pasión
es porque en casa moran
monstruos de la ambición
que no tienen ni un triste corazón.​

 

El pobre corazón
vive siempre engañado, esperanzado,
y se da un tropezón
hasta con un recado
borroso pa' acudir muy desbocado.​

 

Por lógica y cuidado
se busca el equilibrio colectivo,
más vale lo logrado
sumando positivo,
y así juntos lograr el objetivo.

 

Es un gran incentivo
que las aguas se calmen, lo que ansío
resulta un tanto esquivo
pero es un desafío
que nos reine la paz, no el desvarío.​

 

Si devora el vacío
sin idioma, ni dientes, ni sustancia:
¿qué del palabrerío
que desde nuestra infancia
la tele nos arroja en abundancia?​