Liras ligadas logran labrar los lúcidos locos

Señores petulantes
en su cielo gentil monotemático,
talantes arrogantes,
por demás esquemático,
doy un bostezo rápido y selvático.​

 

Un partido dramático
consagró a la Argentina campeona
y con un rol enfático
de Messi, que se entrona
junto con Diego Armando Maradona.​

 

Paso. Mis excusas.​

 

Rugido de leona
estremece al padre y a la cría.
En toda aquella zona
aullaba la jauría
trataban de escapar, el bosque ardía.

 

La vida pretendía,
en la memoria está su bosque intacto.
Sin embargo, en este día
lo preciso, lo exacto
es el terror del humo con su impacto.​

 

Al besarla en el acto
y empujar nuestros cuerpos adelante
me dijo con gran tacto
"Aunque eres muy galante
no eres lo que busco en este instante".​

 

No eres nada elegante,
tu aspecto tan vuelgar y trasnochado
siempre va dando el cante,
así que me he cansado:
O cambias o te dejo aquí tirado.​

 

Amelocotonado
me tienes, sin piedad atado a ti.
Me siento derrotado,
¡Cómo es que te perdí
aquella vez, qué mal que procedí!​

 

Pensé en volver allí,
revivir los recuerdos que persisten
y continuar así,
entre los que resisten
atados al pasado y que no existen.

 

Liado al mástil existen
caballeros sujetos sin amar,
seducidos insisten
seguir en ultramar,
no quieren ver y sienten y resisten. ​

 

De noche coexisten
en ti las almas nobles y una loba.
Cuando aquellas insisten
grito, “¡qué mirá, boba!”*
y la loba se adueña de mi alcoba.
​

“¡Qué mirá, bobo!” es una expresión recientemente popularizada por Messi dentro de la cultura callejera argentina.

 

Para barrer, la escoba.
Nada como una mopa para el suelo.
Siempre limpia la alcoba
que, si paso el pañuelo,
brille el sol de mañana en la caoba.

 

Creo que debe ser 7a, 11B, 7a, 7b, 11B, estimado Cyrano. No recuerdo haber visto una lira tipo 7a, 11B, 7a, 7b, 11A.
Saludos cordiales.

 

Este esquema está permitido por la reglamentación del hilo.

 

En efecto, está permitido por las reglas del hilo. Estas liras atípicas o "liras espejo" son un experimento de sonoridad, pero, exceptuando la última de Cyrano que se apoya en la asonancia de ese "mañanero", no sé que tal resistirán.

Sigo con la de Cyrano.

Infiltrada, la loba
acecha por las calles de la villa
hasta que un bebé roba
del cesto que en la orilla
tiene la madre mientras se acuclilla.​

 

Cepilla que cepilla,
intento darle lustre a algún versito.
¿Se llamará “lirilla”
si llego, con poquito,
a hacerla sin lograr decir un pito?​

 

Yo me siento y medito,
pero esta posición me está matando;
si me acuesto, dormito...
mejor lo dejo y ando
mientras voy esta lira terminando.​

 

Prosigamos bordando
versos vacíos puntillosamente:
¿Puedes ir acentuando
una lira indecente
obviando el sexto descaradamente?​

 

¡Endeca asado al dente!
¡ Cocina ! cuarta mesa, mas la octava.
Lo quieren muy caliente,
después les pones cava
y que al final confiesen como estaba.

 

Así es que no se acaba
el ánimo por estas navidades
aquí todo se lava
y las actividades
que se hacen en familia, por edades.

​

 

Allá en mis mocedades
fui un “Fred Aster”, “Shim Keli”, no le miento.
Pero a ciertas edades
demuestro, en movimiento,
que danzar no es mi cómodo elemento.​

 

Estas lentes de aumento
me permiten seguir leyendo liras;
son un genial invento,
sin ellas no te inspiras
y, si así al Foro vas, ¡como suspiras!

 

Con percusión de güiras
comenzó un reventón que ni les cuento.
¡Te vi! ¡Cómo suspiras
y le lanzas al viento
un beso al cantautor de gran talento!​

 

Hago solo el intento
de escribir esta lira con presteza
aun cuando hoy ya no siento
dentro de mi cabeza
la inspiración, creo que ya bosteza.​

 

A veces es proeza
una lira escribir que sea digna;
asoma la torpeza,
influencia tan maligna
que preciso encontrar una consigna.

 

Tu mirada nos signa
el fracaso inminente del romance
y perderte me indigna.
Si estuviera a mi alcance
lo creería solo un desbalance.​

 

Este es un duro lance
que me veo enfrentado a mi destino;
terminará en percance,
quizás en desatino
pero tengo muy claro mi camino.

 

En un gran torbellino,
el animal, del susto, se espantó
Odio eso del pollino,
con lo que me costó…
fatigado, en el heno, se tendió.

 

Si Belcebú pensó
a instarme a una partida de barajas
creo no se enteró,
como otros zarandajas,
que en el juego no cedo ni migajas.​

 

vacías las tinajas.
De una cena suculenta y copiosa
solo restan migajas.
Vino de pomarosa
derramado sobre el suelo reposa.