Liras ligadas logran labrar los lúcidos locos

Un poco de pimienta
complemento ideal para el sabor
la sazón se presenta
en cualquier comedor
todo con picante sabrá mejor.

 

Hay que darle sabor
y alegría a esta cena de fin de año
también algo de amor
para que no haga daño
y no nos cause luego desengaño.​

 

Es la fiesta un peldaño,
un ritual, una danza para el curso
de las cosas sin daño,
y detiene el discurso
para besar, soñar con el transcurso.​

 

Armemos un concurso
de las rimas difíciles mañana
porque alcanza el recurso
de la simple chicana
para rimar lo que nos da la gana.​

 

Una fuerte tangana
surgió anoche con varios convecinos;
no les daba la gana,
y siguieron, cansinos,
lanzando sus petardos asesinos.

 

Ingerir carotenos
convirtió en zanahoria* a un tal Donaldo.
Se lanzó en desenfrenos,
recibiendo el respaldo
de sus hordas, dejando un muy mal saldo.


​

zanahoria: m. y f. coloq. Arg., Chile y Ur. Persona tonta y simplona. U. t. c. adj.

 

Quien buscó respaldo
con palabras reconcentradas dijo
atento, como heraldo
con don de regocijo,
que con su gloria a muchos él bendijo.​

 

La sangre es revoltijo
de ancestros que nos quieren decir cosas.
A ellos los acobijo,
son almas silenciosas
y sabias pero a veces, tormentosas.​

 

Tus palabras melosas
las que acarician mi ánimo contrito
son siempre de esas cosas
que siempre hacen chiquito
el monstruo que me oprime, el muy maldito.​

 

Desde un aerolito
envuelto de regalo nos cayó
el halo de erudito
que tu genio empleó
para hacer un soneto que asombró.​

 

Cuánto nos deslumbró,
el ritmo amarrado al viento vino,
con fuerza atropelló
al atónito sino,
tu soneto potente sobrevino.​

 

Ayer por la mañana
digerí la peor carta en mi vida.
Dices que eres anciana
y que estás aburrida,
partir fue la tristísima salida.​

 

Paso, sigan

 

Esa fue tu salida
mostrándote otra vez como cobarde.
Una frase manida.
Tú siempre has hecho alarde
de generosidad, que Dios te guarde.​

 

Paciente, con el sarde
apilo el heno para meses fríos.
Tal vez la salvaguarde
el fuego, amores míos,
y volvamos a ver muchos estíos.
​

 

Voy a pescar a ríos
de aguas bravas que bajan de las cimas
con increíbles bríos
y en diferentes climas.
Solo por su vigor te reanimas.

 

Dedicaré estas rimas,
bruma de resonancia de cascadas,
al brío de las cimas
en caída forjadas
con ese trueno atávico, entronadas.​

 

Plenos de simbolismo
disfruto los diagramas del grimorio
a menudo el abismo
sucede al promontorio
y una vara encantada, al abalorio.

 

Tu jefe es abalorio,
que las falsas y sórdidas mujeres
usan para placeres,
brilla algo en el casorio
que bien pronto recambias, y no quieres.

 

Ya que así nos razonas
vemos en comunión que te equivocas
y, si te nos enconas,
seremos como rocas
y estaremos tranquilos si provocas.

 

Son puras frases locas
las que dices tratando de vencerme
gritas y me provocas
no lograrás hacerme
salir de mis casillas, ni correrme.​

 

¿Porqué la piel te estiras?
Dejémosla vivir sin cirujanos
No sé porqué suspiras
y sufres por tus manos
jamás seremos dioses, solo humanos.

 

Generalizaciones
ofrece el prejuicioso sin piedad,
zonceras a montones.
No es acto de bondad
idolatrarle su imbecilidad.​