Liras ligadas logran labrar los lúcidos locos

En ciertas ocasiones
regreso, memorioso, a tu sonrisa.
Y las hay a montones:
en pétalos, la brisa
estival y tu foto en la repisa.​

 

El pabellón que iza
el pirata en el mastil del galeón
provoca una sonrisa
“se acepta donación”
decía un esqueleto bermellón.

 

Sé que bailo a su son
con el ritmo marcado sin poder
cambiar a otra canción.
Llega el atardecer,
me he hartado de tanto tropezón.

 

Se diría que es fiera
que ruge y te acorrala a la menor,
yo no sé lo que espera
de su humilde mentor
pero ya se ha hartado del terror.

 

No cometí un error
eso era lo que yo necesitaba
que a medias fuese amor
lo acepté como estaba
“Los ángeles a veces cuecen haba”

 

Escurría la lava
de aquel nuevo volcán que renacía
la gente se escapaba
veía y no creía.
Ahí el Paricutín infierno hacía.
​

El Paricutín (en purépecha Parhíkutini 'lugar al otro lado') es un volcán inactivo situado en el estado de Michoacán, México, entre el ex poblado de San Juan Parangaricutiro (actualmente Nuevo San Juan Parangaricutiro) y el poblado de Angahuan. Surgido en el año de 1943, en su momento ostentó el título del volcán más joven del mundo.​

 

Se me cae la baba
al ver lo que cocinas por banquete.
Creo que le faltaba
-sé que soy meterete-
ayer algo de azúcar al rosquete.​

 

Hoy habla del rosquete,
un dulce de la Pampa hecho de harina,
y muevo mi moflete
ante esta golosina
creada, ya lo veo, en su cocina.

 

Yo quisiera un retazo
de seda tan azul del firmamento
que tenga impreso el trazo
de esa tarde con viento
en qué me declaraste un sentimiento.​

 

El resquebrajamiento
de lo nuestro es patético y penoso.
En tan solo un momento
te ha enamorado un oso,
un tipo hirsuto, gordo y apestoso.​

 

Me veo presuroso,
en realidad prenda de la urgencia,
no es un día gozoso,
daré mi condolencia
al amigo que pena por la ausencia.

 

Esto es una pitanza
de cariño que das con cuentagotas.
Mataste la esperanza
en muy cómodas cuotas.
Por ti sé del amor las bancarrotas.​

 

Funestas bancarrotas
sufrió el País durante algunos años
porque los manos rotas
hicieron grandes daños.
Políticos, sus Cajas, sus apaños.

 

Me preguntó el tamaño
de las torres que tumba el terremoto
como parte del daño.
No respondí, me agoto
cuando sufro por verlo todo roto.

 

En un rincón ignoto
del recuerdo me ronda tu silueta.
Es un espejo roto,
predispuesto a la treta
que me cala como una bayoneta.
​

Sé que el último es un 3-8-10 (generalmente, desaconsejable). Pero al recitarlo, se me genera un acento “fantasma” en la “u”, haciéndomelo sonar como un endecasílabo melódico (en mi cabeza, al menos).

 

Toca la pandereta
y el ritmo con tacón lleva al bailar
ella baila e interpreta
sones que oye tocar
guitarra y castañuelas al sonar.

​

 

Te atormentas, vecina,
si se avecina una tormenta fuerte.
En barrios de la inquina
nunca es cuestión de suerte:
siempre habrá dramas para distraerte.​

 

En el Valle del Jerte*
en un rincón oculto, Extremadura,
volvería a tenerte
y a sentir la locura
bajo el tibio cerezo que madura.

* Extensión notable de cerezos que, en flor, son un espectáculo único.

 

Te portas como un trol
odioso de Internet todo los días,
y en total descontrol.
Sé que poco valías
antes y ahora, menos aunque rías.​

 

Cuáles son tus valías
sin honra ni tapujos ni respuestas.
Fuiste sin membresías
seco por las apuestas,
viles y malsonantes tus propuestas.

 

Sales sin prendas puestas
te fuiste a divertir al estriptís
haz aceptado apuestas
y te pusiste a un tris
de perder hasta el piercing de nariz

 

Sí, después me di cuenta y lo corregí. Gracias.

 

Como una emperatriz
te apareciste en el salón de fiestas,
un sitio con cariz
de personas modestas
y nunca de actitudes maldispuestas.​

 

Necesito respuestas
profundas, meditadas y valientes
para hacer mis apuestas
medidas y conscientes
de los nuevos políticos salientes.