Liras ligadas logran labrar los lúcidos locos

Ya no meteorices
mis platos, pues son arte culinaria.
Los frijoles, me dices,
solo elevan plegaria
ventral a mi cocina legendaria.​

 

Pareces cavernaria
vestida con la piel del leopardo
te ves estrafalaria.
Que te cambies aguardo,
ve buscando otra cosa en ese fardo.​

 

Si el hombre es como el oso
ya déjame dormir, que no hago daño.
Por tu bendito acoso
solo quiero ir al baño
y volver a la cama por un año.​

 

No abandona el escaño,
no deja su papel de presidente,
no baja del peldaño
aunque se desoriente
y su mareo sea ya patente.

 

Ha engañado a la gente
diciendo que su lucha es la igualdad;
ministra prepotente
que con su obtusidad
ha fragmentado más la sociedad.​

 

Esa grieta es maldad,
no hay que aceptar la polarización.
Hoy la civilidad
en debates y gestión
la ven como un sofisma de salón.​

 

El baile de salón
en un vestido largo y con tacones,
música de danzón,
recuerdo oyendo sones.
Son cosas del ayer, sus emociones.​

 

Fueron vertiginosos
sus cambios, como de un banal sainete.
Ya no estadistas sosos
son; toman mi billete
y hornean su epicúreo banquete.​

 

… y del bulto un comando
surgió, como de aquel corcel de Troya.
Lento fueron matando,
gracias a la tramoya,
al regimiento que al tirano apoya.​

 

La tormenta que arroya
la lancha hinchable donde los migrantes
sobrepasan la boya;
¿a cuantos navegantes
la vida costará tantos espantes?​

 

Se caen los estantes.
Este mundo requiere un andamiaje,
caballeros andantes,
entereza y coraje
para trabar, del mal, el engranaje.​

 

Que lo bello no satura
la magnitud y curso de los hechos.
Y reúne frescura
este andar sin techo,
a oscuras nos amamos satisfechos.

 

Siempre los mismos hechos
repiten insistentes, no consiguen
sentirse satisfechos
así, sin que fatiguen
porfían, se equivocan y prosiguen

 

Si dice que te ama
fue así, en el momento que lo dijo
pero si fue en la cama
no te conformes hijo
con ese, su tipo de amor canijo

 

Fuiste en amor prolijo,
pero lo bueno dura, lo que dura.
No me dejaste un hijo.
Es la soledad dura,
solo tengo poemas, tu escritura.​

 

Algo nuevo que inician
con el afán de ser emprendedores
una idea acarician
de sembrar muchas flores
y llenar el desierto de colores

pétalos de colores
que colmaren los aires de dulzura
dispersen sus olores
en la atmósfera pura
y amalgamen de tonos la llanura

 

Hasta la sepultura
dices que me amarás, pero que triste
lo que por destino augura
la respuesta que diste
amarnos ahora mismo no dijiste

 

Tu treta nigromántica
no podrá capturar mi devoción.
La brecha transatlántica
le impide su misión.
La distancia es un firme murallón.​

 

Me encontré un borbollón
en la excursión que hicimos a Chihuahua
en la sierra, un montón
hay de veneros de agua.
Navegamos un río con piragua.
​

 

Cortos y populares
los cuentos de Gibran en “Vagabundo”
tontos muy singulares
que se apartan del mundo
en su ingenua visión, saber profundo