Llegué a ti...

Llegué a ti despoblado, exiguo,
con el rostro sin labios y los ojos dibujados en arena.

Todos mis relojes marcaban fracaso,
inmóviles, detenidos entre cristales.

Te vi y, detrás de ti misma, te vi,
contenida, oculta, rozando apenas las aceras,
dejando una estela tenue, espuma de dulzura y dados, sin querer,
sin volverte siquiera hacia tu suerte…

Supe que tenías mi condena,
que yo habitaba la cárcel de tus delitos…

Y del otro aprendimos la sonrisa del prófugo,
a robar las llaves que abren los silencios,
a entregarnos, declarar la verdad sin dolor,
a forzar la puerta que nos separaba del amor.




A Montserrat Sierra

 

Bello y sentido poema de amor y vida, me ha gustado amigo Topo. Un saludo. Paco.

 

Muchas gracias por tu comentario, Paco.

 

Llegué a ti despoblado, exiguo,
con el rostro sin labios y los ojos dibujados en arena.

Te vi y, detrás de ti misma, te vi,
contenida, oculta, rozando apenas las aceras,

vaya forma de plasmar sentimientos profundos guste demasiado estos párrafos
suerte amigo placer leerte

 

Gracias por tu amable comentario.

 

Preciosos versos querido amigo... vibrante y colmado de sensibilidad...
Un gusto volver a leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Gracias de nuevo, amiga.