Los relojes se visten de invierno

La simiente del frío planea por la dureza de la tierra
después de una larga temporada de sol hambriento,
un aire húmedo y tímido acaricia las piedras
empujando a las hormigas a su hormiguero
y sin apenas darnos cuenta mutilamos el tiempo
vistiendo los relojes de invierno,
las noches picotean los pies de los días
y las horas se esconden detrás de los espejos
con unas molestas agujetas en los oídos de tanto perseguir olas,
algo se muere en el ambiente que nos rodea pero sin muertos,
es el otoño que sale de la lámpara del genio
con tres deseos en la manga para quien lo encuentre,
es la voz del silencio recordándonos
que por mucha suerte que tengamos
nuestro barco acabará naufragando
en las profundas aguas del olvido.
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