Lujuria (serie Pecados Capitales)

¿Cómo llamar a tal ardor pecado?
¿Cómo tildar de torpe a esta dulzura?
Sólo la hipocresía dice impura
de la fruta que busca de tapado.

Es el deseo, suave o desbocado,
el talismán que alumbra la locura
de unión total con otra criatura:
es comunión, es gloria y es sagrado.

Quien nada da de sí, quien no se entrega,
quien compra el sexo como mercancía
el más preciado don convierte en heces.

Mas no quien pone todo en la refriega
y abnegado de sí todo lo fía
en Afrodita y en Amor por jueces.

 

Admirable soneto, Francisco, en arquitectura y contenido.
Saludos mediterráneos.

 

MUY BUENO!!!
Ay el ardor de la piel amada!!!!
Qué tema más sensible a mi alma
Un saludo

 

Bueno, vamos tirando, Pedro, que no veas lo que cuesta componer uno por semana cuando no se está muy sobrado de inspiración, como es mi caso.

Mesetarios saludos, y agradecimientos.

 

La piel, en efecto, la piel hecha frontera con el otro o la otra. Frontera permeable, sensitiva y excitante. "Frontera de los besos serás mañana/cuando en la dentadura sientas un arma", que decía el gran Miguel.

Un saludo, Gala

 

Fantástico poema, pero no estoy seguro de que éste (para mí) sea un pecado capital. Saludos.

 

En efecto, Maramín, ¡bien observado! Solo entiendo la lujuria como pecado cuando se ejerce desde el egoismo. Cuando se hace desde la entrega y la reciprocidad es uno de los grandes dones de la naturaleza. En cuanto a lo del justo medio y los tres cuartos no sé; me malicio alguna picardía desde esa vital escatología valenciana, luminosa y mediterránea.

Un abrazo, Maramín

 

Bellísimo soneto, mis estrellas.

 

Para mí, tampoco. Tan sólo si se hace desde el egoísmo (primer terceto, como bien observa Maramín).

Un saludo, insigne Sancho

 

Muchísimas gracias, Ludmila, por tu piropo y tu pirotecnia estelar.

 

FRANCISCO REDONDO BENITO

Le felicito por su magistral soneto.
Nada más divino que ir al cielo,
mas la hipocresía religiosa,
lo califica de pecado.

Un saludo cordial.
​

 

Bello, bello trabajo, muy bien escrito.

 

Nuevamente.

Los pecados capitales son contradictorios. El que está harto de gula y de lujuria, ¿de qué puede tener envidia?

 

Muchas gracias, Guillermo, por tu lectura y tu amable comentario.
Un saludo,

 

Gracias, gracias, Jorge. No sé qué decir: hago lo que puedo hasta donde me alcanza la ya declinante inspiración.

 

Hermosas líneas con un excelente mensaje: El amor no es mercancía.

Gracias todas Francisco por compartir tu versar.

Un abrazo desde estos lares.

 

Me gusta hay algo mio en el, mis amigos màs intimo me aseguran que soy un pecado capital y sin embargo me llaman Alma (el amor cuando nace del alma no es pecado) es maravilloso, como este soneto. Mis estrellas POETA.

 

Gracias, gracias, CesarFco, y dispensa que haya tardado tanto en agradecertelo. He estado enfermo y ausente de estos Foros.

Un abrazo,

 

Me complace que te identifiques con este modesto trabajo mío, Alma. ¿Cómo ha de ser alguien o algo pecado capital cuando se entrega uno/a tanto o más que se recibe? Al final lo que nos contará es cuanto y como hemos amado; cuanto y como nos hemos entregado sin otras pretensiones que el gozo común. Ser dichoso/a precisamente y al tiempo que somos causa de la dicha de otra/o. ¡Nada menos!

Un beso, Alma, por tus amables palabras y tus estrellas.

 

Muchas gracias, Antonio. Me basta con saber de su lectura, pero a nadie le amarga un dulce, y a uno que escribe poesía, nunca un elogio.

Un saludo,