Mafiosidad infantil

Aunque ya tenga ocho años no me dejan ver al tito,
dicen que es mala influencia por sus múltiples delitos.

Lo mio no son los libros, yo quiero armas y alcohol,
voy a ser como mi tito buscado por la Interpol.

En clase ya soy el capo, todos me llaman padrino,
quien se mete con mis chicos marca a fuego su destino.

Y no somos ya una banda porque aquí nadie conduce,
tienen que volver temprano y son de poquitas luces.

Yo mientras voy avisando a otros jefes de pandilla,
al último aún lo escucho arañando la taquilla.

Llevo la mafia en los genes, no hay nada que conmueva
por eso ya no hay taquillas, habrá que ponerlas nuevas.

Hoy volviendo del torrente con mi tito me he encontrado,
ya ha cumplido su condena, esta vez no se ha fugado.

Le hablo de mis muchachos, de formar una familia,
él me habla de Jesús y desenfunda una biblia.

¡Pero tito que te han hecho!, ¿dónde está mi campeón?
si hasta los serbios te huían... me rompes el corazón.

Para ver si así reacciona le hablo de las taquillas
pero él erre que erre que si la barca, que si la orilla...

Fuimos a dar un paseo y lo llevé por las vias,
que oportuno fué a pasar aquel tren de cercanias.

Ni siquiera fuí a su entierro, he estado muy ocupado,
de aquí a navidad consigo ser el niño mas buscado.

 

Cabrón el niño, eh?, jajja. muy divertido.

 

Soy lo que soy,
no cuestiono mi actos ni ellos a mi,
ya que mi vida no es acerca de ti.

Prefiero al niño libre en su conciencia que al prisionero en los rieles de la sociedad.
Gracias Hombre del porsaco