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MARILINA REBORA

Tema en 'Poetas famosos, recomendaciones de poemarios' comenzado por ZAHOIS, 8 de Diciembre de 2005. Respuestas: 0 | Visitas: 2635

  1. ZAHOIS

    ZAHOIS Poeta fiel al portal

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    Marilina Rébora(1919-1999)

    Marilina Rébora nació en Buenos Aires el 7 de enero de 1919 en el seno de un hogar prestigioso. Hija de Juan Carlos Rébora y de María Celina Aguirre; su padre, además de haber sido uno de los jurisconsultos más sobresalientes que ha tenido el país, desempeñó, con dignidad y talento, importantes funciones públicas. Fue, en efecto, Presidente de la Universidad de La Plata (1938-1941), Vicepresidente del Consejo Nacional de Educación (1942-1943) y Embajador de nuestra República ante Francia (1955-1958).

    A los diez años, Marilina Rébora estudió dibujo con Ernesto Riccio; luego fue al atelier de Vicente Puig, y posteriormente –acompañada de Susana Aguirre– asistió al taller de Lucía Capdepont. Expuso sus obras –junto con Susana Aguirre, Lucía Capdepont y Silvina Ocampo.

    Marilina Rébora –que paralelamente desarrolló su carrera literaria– rápidamente se compenetraría desde pequeña de los efluvios de la cultura, cuando frecuentaban su casa los amigos de su padre y de su infancia: Alfonsina Storni –que la sentaba en su regazo–, Arturo Capdevila, Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte), Leopoldo Lugones, Rafael Alberto Arrieta, Rafael de Diego, Norah Borges –que le hiciera un retrato en 1927 titulado Marilina con una naranja en la mano–, Horacio Quiroga y sus hijos Darío y Eglé, Ricardo Rojas, entre otros, y al decir de sus palabras:

    “En Alfonsina Storni y en las de Capdevila,
    Rafael Alberto Arrieta, o Rojas y de Diego,
    yo hubiera abandonado tiernamente mi mano;
    pero Horacio Quiroga me contenía luego
    con su barba cuadrada. Y yo, algo intranquila,
    quedaba en la escalera, vuelta desde el rellano.”

    (“Los Amigos”, Los Días de los Días.)

    Quizá fue ese contacto de privilegio el que la llevó a la poesía, llegando a publicar nueve libros y a dejar más de veinte obras inéditas. A Los Días de los Días (1969) siguieron Libro de Estampas (1972), El Río Azul (1975), Tiempos de la Vida (1975), Las Confidencias (1978), Animalerías (1980), El Lagarto estaba harto (1986), No me llames poeta (2001) y Caleidoscopio Artístico (2003) –estas dos últimas, obras póstumas–.

    “Marilina Rébora nos entrega en sus páginas, con palabras límpidas, despojadas de grandilocuencia pero impregnadas de sensibilidad, testimonios de episodios, de certezas y dudas de una vida intensamente vivida, transmutados en materia lírica: forma sustituta de una realidad imposible (‘acaba el día/ sin haber de los hombros las alas desplegado.../ Yo que hubiera querido vivirlo en poesía!’, Los días de los días).

    Marilina Rébora es una poeta solitaria que a lo largo de su vida huyó de la estridencia bulliciosa y la difundida notoriedad, pero, en cambio, cultivó devotamente su mundo interior y su opulenta imaginación (“La cebra es un caballito visto a la luz de una persiana entreabierta”, Animalerías; “Nos aflige ‘La Venus de Milo’: se le escurre la pollera y no puede subírsela”, Caleidoscopio Artístico). Mensaje lírico el suyo, traduce la visión integral del auténtico poeta-simbiosis, morosa entre el pensamiento y la sensibilidad.

    Marilina Rébora falleció en Buenos Aires el 19 de septiembre de 1999.

    Ver texto ampliado en: www.marilinarebora.com.ar

    Otros links:

    http://www.islapoetica.com.mx/geografia-poetica/argentina.htm

    http://www.poemasyrelatos.net/biografias_escritores/r/028_rebola_
    argentina_mispoetas.php?Autor=103



    Poemas

    IMÁGENES DE SALTA


    Señor de los Milagros


    Señor de los Milagros, cuya presencia data

    de por el mil seiscientos en valles calchaquíes;

    Señor, en Cruz tan negra, contra rayos de plata,

    con heridas sangrantes que cuajan en rubíes.



    ¿Dónde quedó tu manto de púrpura escarlata,

    patrono de maizales que en esplendor engríes;

    tendido en algún monte que a lo lejos se achata,

    da color a las rocas y a ceibos carmesíes?



    Decoran las montañas cardones corpulentos,

    violetas y amarillos alternan con el verde,

    mientras suena incansable el rumor de los vientos,

    rumor que con la tarde, fatigado, se pierde;

    y entonces la Quebrada te recibe entre flores,

    bajo el temblor del cielo todo astros brilladores.





    La Procesión


    La imagen del Señor va llegando de lejos–

    sobre la muchedumbre la figura resalta;

    circuida por rayos de argentinos reflejos:

    se acerca sobre hombres de la intrépida Salta.



    Detrás, es como un río de vibrantes cortejos,

    los ojos en la Cruz, que el entusiasmo exalta,

    y ante la rendición de jóvenes y viejos,

    la imagen luminosa nos parece más alta.



    Sostienen sobre el Cristo, aurífera corona,

    dos ángeles pequeños en actitud de alerta;

    como atentos al ruego que hace cada persona–

    por la sangre vertida, por la cruel llaga abierta,

    y por todo el Calvario, las fervientes demandas–

    mientras pasa el Señor, sobrellevado en andas.





    Sonetos aparecidos en el diario “El Tribuno” de Salta, el 23 de noviembre de 1968.
     
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