¡Más maderaaa!

…Y me acusan de dopaje
víctima del abucheo
el domingo en el rodeo
cabalgué como un salvaje
desnudo y con mi tatuaje.
Muy pedregosa esa zona
donde cayó la amazona
enseguida con mi lazo
pude agarrar un pedazo,
un trozo de silicona.

 

Un trozo de silicona
en los pechos instalado
da un aspecto mejorado,
según más de una persona.
Yo, aunque resulte más mona,
prefiero lo natural,
que la gente esté tal cual,
sin ningún tipo de implante
ni por atrás ni delante,
pero que sea jovial.


​

 

Pero que sea jovial
pedimos a la pareja
hasta que en reir no ceja
y ya nos parece mal.
Una sonrisa casual,
un par de bromas al mes,
no ver la vida al revés;
con sentido del humor,
el necesario rubor
y sin fingido interés.

 

… y sin fingido interés,
tal vez un poco lanzado,
me confesé conquistado
por su frente y su revés.
Me creyó muy descortés
e igual le invité un champán.
Tomaba como Aquamán
regresando del desierto.
Frente a esa Reina del Puerto
me sentí un pelafustán.​

 

Me sentí un pelafustán
al llevarme al restaurante
persona tan importante
en el business de azafrán.
Vestido con un caftán
instruía a su equipo
para poder dar el tipo
en un concurso de Irán,
pero al amasar el pan
rompía el estereotipo.​

 

Rompía el estereotipo
adondequiera que iba
era grande su inventiva.
Aunque trabajó en equipo
no modificó su tipo
para acoplarse a la norma.
Su afición por la reforma
siempre fue su punto fuerte
innovó hasta la muerte
nunca le sirvió una horma.

 

Nunca le sirvió una horma.
Al pie, como una empanada,
hoy ya no le calza nada;
¿con vaselina?, ¡no hay forma!
En juanetes, se deforma
hacia una masa monstruosa.
¿Qué operación exitosa
cambiará tal descalabro?
Resulta un sueño macabro
pensar semejante cosa.​

 

Pensar semejante cosa,
que se corrige el juanete
con algo de dinerete*
es una cosa chistosa.
Así que, dígale a su esposa,
que el juanete crece y crece
y no siga en sus trece,
no le de más importancia
aunque ella venga de Francia,
que la pena no merece.


​

 

¿Que la pena no merece?
No hay dudas que parecerlo
es tan malo como serlo
así que ponte en tus trece
y a patadas saca a ese
que se ha metido en tu casa
se ve que es de mala raza.
Que se vaya te conviene,
con esa fama que tiene
está mejor en la plaza.

 

Está mejor en el plaza
un pájaro que en la jaula.
Tal es así, que un aula
te llenan la calabaza,
mas tu pluma solo traza
lo que te dicta el talento.
Instruírse es solo intento
de mejorar cualidades.
Suelen las formalidades
tornarse en confinamiento.​

 

Tornarse en confinamiento
la idea preconcebida
suele restringir la vida
pues modela el pensamiento
nos obliga en detrimento
de toda libre expresión.
Aún teniendo la elección
por no mirar, no lo ves
es de miras estrechez
pecar de superstición.

 

Pecar de superstición
(y lo puede hacer cualquiera)
puede ser una manera
de hallar justificación.
Si algo haces sin ton ni son
lo mejor es dar la cara,
y cuando puedas separa
los mitos por el saber,
pienso que ese es tu deber.
así que libros prepara.


​

 

Así que libros prepara
sobre aquella estantería
sin los de caballería
que Cervantes acapara.
Nuestro manco los compara
y va puliendo el Quijote
sin luz en su camarote,
mientras herido en un brazo
quiere encontrar un regazo
olvidado ya el barrote.

 

Olvidado ya el barrote,
retorna el ex-presidiario
a su mundo estrafalario
que del alma es un azote.
La noche es como un coyote,
sigue hambrienta y al acecho.
No importa lo que haya hecho,
lo olvida, y a ella se entrega
pues nunca será estratega
de cómo vivir derecho.​

 

De cómo vivir derecho
trata “El Arte de la Guerra”
Sun Tzu, en su tratado encierra
máximas que al mundo estrecho
en estos días maltrecho
puede abrir entendederas
Lo que hoy fueres, antes eras
nada en hermético nicho
que ya antes no se haya dicho
rebasará sus fronteras.

 

Rebasará sus fronteras,
ampliará los horizontes,
caminará por los montes
de las tierras majoreras*.
Allí, con buenas maneras,
se labrará un porvenir
y por fin podrá dormir
sin tener la incertidumbre
de acabar en la lumbre
acusado de mentir.

​

* Majorero: Adjetivo. Se dice de algo que proviene o tiene relación con la isla Fuerteventura, en las Canarias, España.

​

 

Acusado de mentir
enterrada está su fama,
obstruyeron la ventana
para ver el porvenir.
Podrá entonces subsistir
allá donde algo le reste,
no habrá bandido que preste,
ni habrá quién por bien se fíe
de aquel que tanto se ríe
sin que el descaro le cueste.

 

Sin que el descaro le cueste
el rencor de los demás,
no conseguirá jamás
descansar cuando se acueste.
Su rabia es como la peste
antiguamente, incurable,
siempre se le cruza un cable
en los peores momentos,
y sus gozos son tormentos
por ser alguien inestable.


​

 

Por ser alguien inestable,
de carácter irascible
y un lenguaje aborrecible,
me resulta insoportable.
Es el mandoble de un sable
verbal su voz corrosiva.
De esposa, tiene a una diva
que muestra como un trofeo.
¿Saben de quién cotorreo?
Por Trump hoy gasto saliva. ​

 

Por Trump hoy gasto saliva
dijo un viejo y escupió
sobre una foto que vio
posar con su comitiva
a ese magnate de arriba.
Dijo -con tanto dinero
estuviste de primero
en tu nación orgullosa
pero no haz hecho gran cosa,
mediocre titiritero.

 

Mediocre titiritero
me resulta ser el jefe;
me tilda de mequetrefe
por ser yo un tipo fiestero.
El sitio es un verdadero
reventón* cuando aparezco.
A mis cumpas abastezco
de bromas y diversiones
porque se los ve tristones.
Ese mote no merezco.​

* m. Méx. juerga (‖ jolgorio).

 

Ese mote no merezco
de chico malo y travieso
si soy calvo, es hasta el hueso
qué a Pepito me parezco
ese niño picaresco
el pícaro de los cuentos
No se olvidan los momentos
de mis bromas infantiles
cómo reales proyectiles
me fusilan a recuentos.

 

Cuento nueve en el anteúltimo, estimado Pi.

Me fusilan en recuentos;
acarreo triste fama
de saltar de cama en cama,
y eso causa descontentos.
Yo no arruino casamientos
ni noviazgos, ni romances:
lo mío son solo lances
que únicamente prosperan
si, mustios, se desesperan
los corazones sin chances.​

 

Los corazones sin chances
suelen estar oprimidos,
inclusive en sus latidos
se perciben esos trances.
Para evitar los percances
hay que darles buen humor
y se sentirán mejor
en los pechos donde habitan,
porque lo que necesitan
es mitigar el dolor.

 

Es mitigar el dolor
con un trago de licor
antiquísima utopía.

No se recobra el valor
agregándole sopor
al despecho y la falsía.

Es regla simple y sencilla
dejar que el tiempo enderece
lo que el corazón padece
en esa clavada astilla.

Y es el reloj quien cepilla
el óxido que ennegrece
el alma, que solo crece
en la vida cuando brilla.​

 

En la vida, cuando brilla,
todo parece grandioso,
tan terriblemente hermoso,
pura y simple maravilla.
Pero el tiempo pronto trilla
lo escaso bueno que hay,
convirtiéndolo en un ¡"ay!",
pues es cosa bien segura
el que la buena ventura
viene ya con su "bye bye".

 

Viene ya con su “bye bye”
la plataforma política
porque de moral raquítica
es, al votar, lo que hay.
Lo agarraron en “orsai”*
y el tipo no paga el precio.
Le preguntan, se hace el necio,
dice, “¡nunca robé nada!”
Es todo una payasada:
solo me causa desprecio.​

* “órsay”, según el DRAE, pero “orsai”en rioplatense.

 

Solo me causa desprecio
el que pide que lo vote
para luego de rebote
nos cobre con alto precio.
El tipo es un adefesio,
y lo digo sin dudar,
basta con oírlo hablar
para escuchar su chirrido;
y si el voto me ha pedido,
a él lo voy a botar.

 

A él lo voy a botar
mas temprano que mas tarde
que ya me cansa su alarde,
la suela le pienso dar.
Que no existe en el lugar
personaje tan altivo
y de aire tan exclusivo
como el sujeto en cuestión
de notable propensión
a considerarse un divo.

 

A considerarse un divo
y la octava maravilla
aunque en otro apenas brilla,
de su fugaz luz me privo.

Destello procaz furtivo
que ofrece la lamparilla,
el lustre de su letrilla
de los éxitos esquivo.

¡Y creerse lo mejor
entre tanto cuchicheo
resulta un terrible error!

¡Es mejor creerse feo
con un toque de candor
que ser de la fama reo!