¡Más maderaaa!

Harto en señores feudales
hoy en día el mundo mismo,
que este neofeudalismo
ha gustado a los chavales.
Han perdido los cabales
eligiendo su condena
y ahora nada ya frena
el poder de su ambición;
ha vuelto a ser la canción
motivo para la trena.​

 

Motivo para la trena
por un plato de comida,
por cerveza bien servida
eso le vale la condena.
Cuando algo vale la pena
hay quien se juega el pellejo,
que siendo viejo o pendejo
sólo se mira el ombligo
-escucha bien lo que digo-,
como un acto de reflejo.

 

En su mente subyugada
Internet domina todo
porque no conoce el modo
de dejar la payasada.
Sería una gran jugada
que pensara por si mismo
y que evitara el abismo
que se abre bajo sus pies,
que todo fuera al revés
y de libros su bautismo.

 

y de libros su bautismo.
tuvo a muy temprana edad
casi por casualidad
y lo logró por sí mismo
al abrir con pesimismo
“Pequeño Larousse” lustrado
por las manos que en pasado
acariciaron su lomo
¡tanto!, tanto en solo un tomo
él se reía asombrado

 

Él se reía asombrado
y ella le lloraba un mar
porque en aquel lupanar
nunca hubo alguien tan dotado.
Pecaré de recatado
y nunca de licencioso.
Es que este hilito asombroso
no amerita dicha historia
de aquel que se vanagloria
de sus partes, presuntuoso.​

 

De sus partes, presuntuoso,
habla mucho y da razones
clavadas en corazones
de presente voluptuoso.
Se expresaba, correoso,
sin decir que había truco
y ocultaba con estuco
su verdad más duradera
la última y la primera,
la desgracia del eunuco.

 

La desgracia del eunuco
es seguro irreversible
la que trunca lo posible
y no encuentra ningún truco.
Se convierte en mameluco
con toda esperanza rota,
la vida no se le agota
y se llena de suspiros.
Entre reglas y papiros
entrelee su derrota.

 

Entrelee su derrota
en las fojas de su vida,
y ya no entiende ni jota
si es de regreso o de ida
el carnal tren que lo arrasa.
A los tumbos, llega a casa
y recarga una pistola.
Pronto, un alma deja sola
a otra afligida carcasa.​

La estrofa es intencionalmente una novena, aclaro.

 

A otra afligida carcasa
la fue cercando la hora,
el vino que le devora
el cuerpo... que lo trasvasa,

y la gravedad que amasa
el tiempo... y que lo aminora.
Nostalgia que lo demora
y la barra que acompasa.

El vino es bálsamo triste.
Dialoga con el vacío.
La muerte parece un chiste.

Arrastrado por el río
sonríe y no se resiste
y se entrega al desvarío.

 

Maravilla, José Luis. Hermoso sonetillo.

 

Muy agradecido querida Luciana. Saludos.

 

… y se entrega al desvarío
el paisaje en primavera,
recubriendo la madera
con verde, flor y rocío.
Algo tiene del estío
y del invierno, estertores.
Se resiste a los colores
el Sol saliendo sesgado.
Con su cénit sobre el prado
luego arregla sus errores.​

 

Aprendió de sus errores
que no dejó en el olvido
y estuvo atento a ese ruido
que vino de sus rencores.
Aceptó los sinsabores
del desamor mas horrendo
y en vez de salir corriendo
buscó enfrentar el problema
y hacer de su vida emblema
de seguir aunque sufriendo.

 

De seguir aunque sufriendo
con su hacer agarra huevos
de la cesta los más nuevos
uno por uno friendo
alguno suele empollar
y el tal embrión estallar
fallece de mala manera
aunque ya el pichón afuera
insiste en su batallar

 

Insiste en su batallar,
no da nada por perdido
y no se siente aludido
si le hablan de renunciar.
Este es el cuadro vulgar
de un político en acción
que defiende con pasión
su escaño en el parlamento
y que caerá en el lamento
si pierde tal condición.

 

Si pierde tal condición
que es empleo lucrativo
se dedicará al cultivo
de su estudiada dicción
y una nueva religión
podrá darle de comer
con su labia puede hacer
que lo crean un mecías
y colmen sus alcancías
Se hará de un nuevo poder

 

Se hará de un nuevo poder,
es un hombre de recursos,
para eso hace tantos cursos
y no para de aprender.
En política, su ser
otra dimensión alcanza,
su lengua es como una lanza
que penetra en el ombligo
y con cualquier enemigo
es capaz de hacer alianza.


​

 

Por debajo del contrato
se esconden cuestiones duras
y así firmas aventuras
pensando que es algo grato.
No te has fijado en el dato,
entre frases escondido,
que da poder al bandido,
a ti te deja maltrecho
y sin recurso al derecho
por haberlo permitido.

 

De vivir sin dar el pecho
también se cansa la gente
es realidad evidente
que andar contigo este trecho
me dañó y dejó maltrecho,
no el corazón, la creencia
Pues tal era mi inocencia
que pude creer en ti
pero ya te conocí y
tengo de mi error conciencia.

 

Tengo de mi error conciencia
pero nunca lo remedio,
pues me puede más el tedio
que aprender algo de ciencia.
Todo es cuestión de paciencia
y trabajo, y algún día
manarán con alegría
mis versos en los sonetos,
décimas y hasta en panfletos
con impecable armonía.



​

 

Con impecable armonía
florece todo el jardín;
se erige rey el jazmín
de tanta policromía.
Bello y simple, no hay tutía:
abejas lo corroboran.
Pero otras flores imploran
un poquito de humedad.
Las nubes en mi ciudad
pocas gotas atesoran.​

 

Pocas gotas atesoran
las neuronas que escancío
como a un hollejo vacío
rebusco pero no afloran
hay cosas que se valoran
que ya se chupó la edad
con alguna salvedad
como aquel tardío goce
con su juvenil retoce
que fue tu especialidad

 

Que fue tu especialidad
desarmarme los esquemas
no me genera dilemas
pues es vasta tu maldad.
Por la patria potestad
nos sacaremos los ojos.
Luego, todos los despojos
de nuestra historia vendrán.
En su conjunto, serán
motor de nuevos enojos.​

 

Motor de nuevos enojos
es la triste situación,
factor de errores y antojos
que enjugan la canción.

Y la triste melodía.
La cantata de los ruidos
que atruenan, y desafía
la paciencia y el descuido.

Nada cambia el porvenir
que abrió la separación.
Ahora estás por venir
y pruebo un trago de ron.

Con la nostalgia revuelta
-aunque nunca hallemos paz-,
que la suerte fue resuelta
en desenlace mordaz.

 

En desenlace mordaz
terminó nuestra aventura
pasando de la locura
a tu gesto de incapaz.
Porque puede hallarse paz
en no romper el encanto
y no provocar el llanto
con una triste mentira
que va a quemarte en la pira
del eterno desencanto.

 

Del eterno desencanto
me declaro un erudito,
aunque no te importe un pito
pues tampoco soy un santo.
Haberte querido tanto
fue habituarme a la cicuta.
Quise tomar la batuta,
mas fue jazz y rock pesado.
El cerebro me has licuado
navegando amarga ruta.
​

Deberían portarse bien con la rima que dejo.

 

Navegando amarga ruta
bajo el sol sin detenerse
logra apenas sostenerse
a flote, pero disfruta
por el camino una fruta
que es su único alimento
tendrá gran recibimiento
se dirige a la dulzura
dice su buena ventura
que viaja a favor del viento