Me curo con la sed que a más invoca

No vivo si no tengo al sol dorado
dorándome la piel caliente y vivo,
vibrante, verbo ardiente y sustantivo,
veraz como un suspiro enamorado.

No crezco si no obtengo su legado
amable como un verso persuasivo,
divino, humanizado y decisivo,
matándome el ardor por él creado.

Me curo con la sed que a más invoca
pues de ella bebo el agua persistente
que llega de su fuego hasta mi boca.

No vivo si no obtengo claramente
su rayo que solar a veces toca
la carne enajenada de mi frente.

 

Un soneto hermosísimo que me encantó disfrutar mi niño, pocos he leído tan
bellamente escrito y con tanto significado en sus versos. Gracias infinitas por
tan grato momento entre tus letras. Besitos cariñosos vuelen a tus mejillas.

 

Muy buen soneto. Me gustan esos juegos de palabras que haces, y con las aliteraciones. Un saludo.

 

Muchísimas gracias, Anamer. Un saludo muy cordial y agradecido.
Esteban.

 

Muchas gracias, José Benito. Saludos cordiales.
Esteban.