Me gusta la escuela si llueve

Me gusta la escuela si llueve.
No se lo dije a nadie.
Me quejo, me hago el dormido
pero en el patio del alma
chapotean los minutos
y cuento las gotas del tiempo
para correr bajo el alba.
Es de los brazos de otoño,
es su bufanda dorada,
me acaricia la mañana,
me destapa las rodillas,
me va secando la cara.
Soldado de botas, de uniforme,
gorro blindado de lana
guantes de caballero
y un paraguas afilado
para luchar bajo el agua.
Tan temprana la alborada,
la calle esta negra...
Es como salir de noche
y ser grande por un día.
Mientras las luces se empañan,
el viento me deja en la entrada.
suelto el barro en los cartones
y ese olor a tierra fresca...
A bandera mojada,
a mochila empapada;
a su pelo enjuagado de espumas,
y sus ojos amaneciendo
tras el tímido horizonte
de un cuaderno que la abraza
como quisiera que fuera...
El patio es un mar callado,
y nos dejan jugar adentro
y amontonamos los bancos
y todo es mas cerca
y si llueve me gusta la escuela;
y no se lo digo a nadie.
Pego nubes de algodones,
corto retazos de tela.
Yo le presto mis colores
y ella sus ojos de lluvia.

 

Preciosa remenbranza. Estrellas y saludos
de tu amigo A.G.

 

gracias alma grande, un placer verte por aqui

 

Qué bello escribes, me gusta este regalo donde me hiciste recordar esos momentos de lluvia guardados, un abrazo cordial.

 

Gracias nancy, que bueno que puedas atesorar buenos recuerdos en tu alma, un abrazo

 

El poema además de precioso y me ha devuelto a la mente recuerdos de tiempos entrañables como la escuela. Te felicito y agradezco también por hacerme recordar todo esto. Un abrazo!