Melancolía en la playa de las Catedrales

En ésta tarde de julio peregrina
que adormece de luz todo el paisaje,
rodeado de rocas cantarinas
que lloran en su vida el oleaje,
en éste mar bravío, que aquí estalla
con espumas saladas d coraje,
abro mi corazón en carne viva

Celos de sirenas que la habítan
y que visten sus escamas de corales,
un bálsamo de besos necesitan
mis labios, de tus labios manantiales

Esas diosas del mar, ninfas ctónicas,
de belleza no encontrada por mortales
vienen a mi encuentro saturadas
de amor, como mis males

Quisiera amarrar aquí mis soledades
y encontrar un puerto sosegado
descargando de mi alma el equipaje
que llevo de pesares enfardado

Amarrar el barco de mi vida
coronado por angustias vacilantes
y descansar como el marino errante
cuando vence su corazón ya fatigado

Dormirme entre tus piedras Catedrales
Recuperar mi alma dolorida
alejar de mí todos los males

Dejar mi corazón enamorado
en ésta tarde de julio peregrina,
en éste atardecer ya caducado
rodeado de rocas cantarinas
para quedar entre tus brazos rescatado

JSS
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Cuando el paisaje emociona y el corazón lo liberas, los versos fluyen solos.
Muchas gracias por tu comentario y por leer.
Saludos virtuales de afecto

 

Me encantó tu sabia interpretación de unos versos construidos en un paraje tan fantástico como La playa de las Catedrales.
Muchas gracias por tu comentario,
saludos virtuales luzyabsenta