Melancolía

Melancolía.

Otra vez la semilla perversa de mis males más personales
Se convierte en el árbol sacro de mi más alta naturaleza
Aquella de pinos grises y temblorosos
que aguardan las estrellas
Sin recuerdo alguno de su más triste cometa.

Si te dijera cómo se vuelven a pensar las espinas
Los momentos decapitados, las odiosas miserias…

Yo pregonaba el llanto a dos voces unísonas
Mientras se rendía el culto más numeroso de todos,
Ellas se inclinaban con el fuego,
Con el inmanente brillo de muerte
Entendido casualmente como vida.

Era que la despedida diaria se hacía
Sobre los adoquines más improbables
Sobre las banderas neutras de una existencia
Que a ratos inexistía y a ratos desaparecía

Era que soy tanto como entonces pretendí ser
Tanto como quiero haber pretendido entonces
Que los sueños se mezclaron con la tierra
En un intento por conseguir consuelo

Si te dijera cómo arriban a la huella los pasos
A la herida los disparos, al óbito las vidas…

Pero hoy sólo te cuento mis ojos apretados y la melancolía,
Así de inevitable es tu mirada cuando no entra
Por el vestíbulo arqueado bajo mi frente,
Cuando esquiva la corriente conciente
Y siembra flores sobre las espinas.
Diego.​

 

Aiabierto versos prondos con preciosas metáforas. La melancolía que vuelve una y otra vez y nos invade completitos, como una hiedra.
Precioso...me gustó mucho. Un abrazo poeta.

 

La melancolía es parte de nuestra vida... SIempre estará, saludos

EDU

 

Gracias a todos por leer los versos que no sé por qué escribí aquí. Saludos, se despide, Diego.