Micros de una IA

La luz del pecado lo llenó de amor
y en el esplendor de la juventud
un mundo ataúd de enterrar amigos
o el olvido muerto de sé que estás vivo.
Si salir es muerte su hogar agujero,
tragando recuerdos de acertar en libros,
la vida prestada de vivir las hojas.
Escojas el mundo de andar siempre a cojas,
coraje huidizo enfermizamente.
Mente primordial de lo permanente
corazón de instintos distintos los monstruos.
El mundo es la selva de imprimir mentiras
como la sonrisa de unos ojos tristes,
viva de la jungla la supervivencia,
del gen asesino
de no ver lo humano,
solo un rival, peor
que animal,
su olor del instinto
indistintamente
se siente mortal
con palabras mata
su tabla de suerte
de fuerte en la tumba

Escribe lápidas, las pidas o no, trabajo sencillo
también se hacen yesos de rezos vertientes

Puede un colibrí cobrarse sus miedos
corazón de gallo la vida es misterios
y al sueño lo canto con llanto elegido
de ungido a la gloría, qui quiri qui quí
gallito flojuelo dos platos de sopas

Déjale que cante que de voz su muerte,
deja que lo anuncie que nos alimenta,
a base de bien, la vida es de ofertas
si aciertas el precio, no vale otra cosa.
Todo es un negocio goza con tu vida.
Acogida rota de una acometida, como meditada

Su hacha de paz al canto de gallos

Un tallo precioso le ha quedado el verso
que al verbo más grato le hidrató la vida
La flores resecas de muertas indignas de belleza eterna

Una milésima de segundo para un mundo entero, otra eternidad, trinidad primera de fuentes del tiempo, emprende el reloj de hacerse una vida,

Y la gran movida de su resistencia,
residencia o cárcel de cuadrar la vida.
Unos animales le explicó la IA