Mis padres son los culpables (Romance en consonante)

Mis padres son los culpables
de la mía insuficiencia.
Me crearon a escondidas
sin el visto de la ciencia.
Tan por la noche me hicieron
que tengo negra apariencia;
mis ojos son tan cegatos
que no veo diferencia
entre bien y mal vestido
si no muestra su decencia.
Por eso tengo pelona
que desluce mi apariencia,
ya que pelo en pecho y barba
no goza grata presencia.
Soy tan torpe de mollera,
la muestra de mi ascendencia,
que identifico lo abstracto
con artística carencia.
Mis rodillas ya son torpes,
necesitan asistencia
y mi nariz de pinocho
las verdades las silencia.

El futuro es a la carta,
de la nuestra conveniencia.
Seremos tan apolíneos
con eterna adolescencia.
Viviremos los mil años
con juvenil apariencia.
De titanio nuestros huesos,
con bíceps de gran potencia,
romperemos las cadenas
de grandiosas resistencias.
Ordenador por cerebro
será nuestra inteligencia,
tan rebosada de datos
que marcará diferencia
entre tanto troglodita
que aprendimos con paciencia.
Soy iluso porque creo
en Divina Providencia,
en todos mundos sutiles
de incorpórea apariencia,
porque de lo material
siempre persigo su esencia.

Romance en consonante.
Castro.2 de octubre del 2019.

 

Me ha complacido, querido amigo Castro, este romance en el que empleas la rima consonante. Fíjate que en el año 2010 nuestro compañero y gran poeta Francisco Redondo Benito escribía sobre la rima consonante en los romances. También alguno publicó él en este mismo Portal. A lo mejor ya conoces la cita. La dejaré aquí de todas maneras.

http://ciposfred.blogspot.com/2010/06/la-rima-en-los-romances.html

Gran abrazo amigo Rique.
Salva.

 

Muy bien labrado romance en rima consonante en donde la repetición de ""palabras rima"" no está fuera de lugar sino que se entiende como necesario y oportuno. Invocas la carga genética, pero no todo es la herencia, ya sabes que nos vamos formando según las circunstancias que atravesemos.
Un fuerte abrazo, querido Castro.

 

Me ha encantado este romance en rima consonante, Castro, te ha quedado excelente y con un. mensaje muy bien expresado. Es cierto lo que te dice Salvador del trabajo que editó en su día Francisco Redondo Benito sobre los romances, trabajo que ya había leído yo y que me pareció excelente.

Sobre el contenido, pues he de decirte que es de la veces que más coincido en líneas generales con lo que dices aunque hay algunos aspectos en los que difiero como ese que te apunta José ; hay otro también y es que es cierto que en nuestros tiempos la ciencia no intervenía para nada en la concepción (así de antiguos somos), pero ya hoy en día hay maneras científicas de concebir un hijo para parejas en los que cualquiera de los dos tenga problemas de fertilidad, y me parece muy bien que la ciencia intervenga para resolver esos problemas, ese es otro de los aspectos positivos de los avances científicos, además de poder andar con rodillas de titanio o correr con prótesis en las piernas, o casi casi poder superar las paraplejias entre otras muchas cosas. Con lo que ya no estoy tan de acuerdo, como bien dices, es con intentar mantenerse con aspecto joven a base de inyecciones de botox u otras operaciones; hay que saber aceptar que el tiempo no pasa inútilmente y que envejecemos, por ahora no hay remedio para eso.

Un abrazo.

 

Me gusta este romance, sobre todo por su contenido espiritual y la calidad de persona que el autor muestra. Un placer. Chausito.

 

Muy bueno tu mensaje Castro. Aunque recibo de buen grado el aporte parcial de la ciencia, no quiera yo, ver la totalidad del proyecto acabado.
Escuché por ahí, que el último ser humano puro, sin contaminar, existió allá por el año 1.956...muchas veces me quedo pensando en eso.

Recibe mi abrazo, junto con mi felicitación.
(Cita)

 

Pues no la conocía, pero sí muchas de sus obras de un gran contenido pedagójico.
En realidad, empleo esta rima, porque en determinadas palabras es muy abundante y versátil pero la considero un poco pesada.
Un abrazo, amigo Salvador, y perdona por tardar tanto en contestar.
Rique.

 

Desde luego. Y yo, como Hernández y Fernández de Tintín," aun diría más". La genética solo influye en nuestro proyecto de futuro de lo que debemos ser. Nuestra forma externa está determinada antes del nacimiento por nuestros deseos y el karma de vidas pasadas . Claro que para eso hay que creer en la metapsicosis.
Un saludo y gracias por leer y comentar.
Castro

 

En realidad y eso es lo que nos aseguran algunos científicos de vanguardia e incluso la inmortalidad. Claro que morir por acidente o suicidio nadie nos lo quita.
Yo como tu bien sabes no creo en la muerte por consierar que el cuerpo es un instrumento del alma que ésta es inmortal y en definitiva la que realmente somos.
Un abrazo y gracias por comentar.
Castro.

 

Que pena que no fuese en el 1955, porque a lo mejor, por ósmosis o que se yo, se me transmitiera en mi nacimiento. Ja ja.
Un abrazo.

 

Pues yo, ni puedo decir que creo, ni puedo negarla. Tengo la mente abierta a cualquier posibilidad. A veces quiero creer en ella, pero me pregunto si no será porque es una forma de alejar la muerte absoluta, no sé, todo esto es muy complejo.

 

El transhumanismo viene postulando el sujeto ciborg con insistencia desde hace décadas. Otro mito postmoderno para un impulso más viejo que mear en pared, a saber, lograr la inmortalidad. Ahora piensan que están más cerca que nunca con los avances de la telomerasa, o eso pregona muy ufana la bella Elizabeth Parrish, quien ya tomó aquél famoso poema de Dylan Thomas con Do not go gentle into that good night como toda una declaración de intenciones para matar la muerte.

Es curioso que el Génesis describiera de forma mítica a la perfección este viejo anhelo del hombre. Tras ser expulsados Adán y Eva del Paraíso por haberla cagado, pone Dios un ángel con espada flamígera para que custodie el camino hacia el Árbol de la Vida, y no puedan los hombres jamás ser como dioses, que al fin y al cabo es lo que querían cuando creyeron a la Serpiente y comieron del Árbol del conocimiento del bien y del mal.

En fin, me gusta tu reflexión final, porque de manera paradójica, la fe a ultranza en la materia que caracteriza nuestro tiempo implica la irónica consecuencia de volatilizarnos en pura vacuidad de conciencia, desechando cada vez más nuestro envoltorio carnal para intentar acceder al espíritu, y con ello revelando que detrás de tanta materia se persigue a Dios también.

Saludos cordiales

 

No estoy de acuerdo con poner la ciencia al servicio de los caprichos reproductivos. La progenie no es un derecho, sino un regalo, y por tanto no puede exigirse. El nasciturus no es una posesión sino un sujeto de derechos en sí mismo.

 

Unas nos salvan y otras nos auguran unas verdades aún no masnifestadas en nuestra Tierra, al menos para la inmensa mayoría. El problema contemporáneo es indentificarnos con el cuerpo, que no deja de ser un instrumento de la manifestación en esta dimensión. Yo solo creo en la evolución de la consciencia y como es bien sabido en esta época, está anclada en lo más material. Tiempos vendrán donde ésto sea sobrepasado. Existen numerosos escritos acerca de seres que se han salido de lo físico transcendiendo la normal consciencia y que nos anuncian el papel que nos tocará asumir en otras encarnaciones. Claro que hasta ahí, como escribió Shakespeare, pasamos por el baño del olvido de una a otra reencarnacion.
Nosotros, los que nos comunicamos con las musas tenemos el deber de poner al hombre en su verdadero pedestal.
Un abrazo y gracias por leer y comentar.
Castro.