1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Misterios y abismos (He cavado en mí a través del universo)

Tema en 'Poemas Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por Ricardo López Castro, 4 de Octubre de 2017. Respuestas: 8 | Visitas: 373

  1. Ricardo López Castro

    Ricardo López Castro Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    17 de Septiembre de 2017
    Mensajes:
    1.886
    Me gusta recibidos:
    1.419
    Género:
    Hombre
    El amor como idea.
    Un punto de vista.
    No he probado muchas cosas.
    He probado muchas otras sin comparación con el amor.
    A veces todo me supera.
    Pero todo se supera.
    De una manera u otra.
    Amor se desea, se intuye, se siente.
    Sacar el lado bueno de las cosas.
    No implicarse demasiado, o hacerlo mesuradamente, en los aspectos subjetivos.
    Directrices en las que se busca la paz, y sin terminar con esa otra mitad de nosotros, o de casi todos, o de algunos, o de nadie, en las que basar actos delictivos o no, contra nuestra conciencia, o contra mi conciencia, o contra el concepto que yo tengo de conciencia.
    El único testigo en todos nuestros crímenes o atentados, o actos de buena fe, o faltas de atención y consideración hacia lo que nos rodea, y que puede llegar o no a formar parte de nuestra conciencia.
    El amor como idea.
    No me hace afirmar que conozco el amor, sino que lo persigo.
    No lucho contra él si me escondo en un caparazón. Cualquier afirmación está sometida a juicio, antes o después de efectuada, o en ambos momentos.
    Mi máxima para amar es sentirme igual a los demás seres humanos.
    Mi amor se basa en ese sentimiento.
    Pero no puedo ser uno más hablando del amor solo como idea.
    He de recapitular hacia su aparición como idea, y no como propósito o comportamiento, ya que todo o casi todo o nada, está sometido a cambio, y el amor es lo único capaz de cambiarme, de despertar, despejar la mente.
    Soltar lastre de afirmaciones y negaciones.
    No quedarse ni con el sí ni con el no.
    El equilibrio.
    Tampoco cuestionarse todo, a no ser que la idea del amor sea cuestionada.
    No hay nada que satisfaga más que conocer.
    Si es a través del amor, para mí quizá la única forma posible, estamos perfectamente cualificados para afrontar las incompatibilidades e incógnitas.
    No hay amor, creo yo, en la negación.
    En la imparcialidad.
    En la afirmación.
    El amor lo incluye todo al mismo tiempo.
    Es decir, sin ánimo de amar, que nos empuje a la inquietud, y sin ánimo de ofender, que nos empuje a la razón impuesta, verdadera o no.
    No es iniciativa hablar del amor sin prejuicios, pues eso ya está inventado.
    Es darle un toque personal.
    Hacer del razonamiento, de la palabra, una base para el equilibrio.
    Todo, absolutamente todo lo que digo, va en una sola dirección, un solo sentido.
    No quiero imponerme ante nada, ni nadie.
    No quiero juzgar a quien no comparta mi opinión.
    Pero si escribo, si realmente escribo con amor, no habrá juicios ni prejuicios sobre lo que escribo.
    Sentimiento, pensamiento.
    Uniforme, como el amor.
    No sé lo que quiero, pero sé que a través de la no disputa, del no conflicto, de la no inconsciencia verbal, se puede llegar al alma.
    Quizá no igual que una mirada brillante.
    Quizá no igual que un beso.
    Pero si hay amor en el verso, es porque el silencio expresa, y la palabra, necesaria de más, y aun sin admitir la perfección, reconoce la superioridad del deleite, y se muestra débil y vulnerable.
    Sin saber qué decir.
    Pero diciendo un montón de cosas que aun sin ser fijación, suponen la virtud, la belleza, el pudor del amor como idea, como si hablara y callara al mismo tiempo.
    Todo ello fruto de un pensamiento que ha fluido sin influir en sí mismo.
    Sin rozar si quiera la idea del amor.
    Ni el poder de convicción.
    No conocer la verdad sobre nosotros es una página de oro en el libro del amor.
    No soy derroche, pero sí entrega.
    Lo hago lo mejor que puedo y el amor no me llega.
    La idea del amor se queda pequeña.
    Con el poder de la palabra, se enamora de sí misma.
    Equilibrio o no.
    Amor o no.
    Digo muchas cosas que justifico, pero si no hay amor hay esperanza.
    Si no hubiera esperanza, el amor no nos esperaría.
    Sentimientos.
    Mundo.
    Teorías que resultan abruptas.
    En el fondo de cada uno, siempre el amor.
    Cumplir con él no es una obligación.
    Pero nos obliga.
    Luchar contra esa obligación es imposible.
    Tarde o temprano, volveremos a ser lo que fuimos.
    Lo que llevamos por dentro.
    Al fondo de todo.
    Las tácticas contra el amor no funcionan, lo he comprobado.
    Y ahora, sin brillo ni penitencia, solo con pensamiento, hablo del amor como idea.
    Y no se me aparecen nada más que mis demonios.
    Mis teorías.
    El amor como idea me hace pensar que, o todo está correcto, o todo es y será un error.
    Que nunca podré enamorarme.
    No puedo con el amor.
    No puedo amar.
    Lo siento, mundo.
    No creo y al mismo tiempo creo en mi palabra.
    En realidad no siento nada.
    El mundo no me ha pasado por encima, he sido yo con mis teorías.
    Salir de ellas con el amor como idea, no es otra cosa que admitir que la profundidad de mi herida es igual o incluso mayor que la del mundo.
    O que quiero justificarme, pero no es así.
    Yo tuve una idea, el amor como idea, hasta que decidí hundirme en la miseria.
    Y claro que tengo explicación para todo, y un grado alto de conciencia y objetividad, pero no me puedo permitir el lujo de amar, precisamente por ello.
    No necesito un remedio, ni amor, ni una idea, ni el amor como idea.
    Mi pensamiento va más lejos que todo ello.
    Es un pozo sin fondo.
    Un abismo sin fin.
    No cabe en él el universo.
    Está claro que nunca voy a convencer a nadie de nada, pero al menos tengo una certeza.
    El universo sin mí no tiene con quien jugar.
    Yo no soy Dios que yo sepa, ni tiro los dados, pero mi experiencia no me da dolor de corazón.
    No he perdido a nada en la vida, tenía las ideas equivocadas, las cartas equivocadas.
    No me froto las manos con nada.
    Ni canto victoria.
    Ni me arrepiento.
    Sigo la dirección del viento, y nunca caigo en la misma trampa, ni tropiezo con la misma piedra.
    No es éste un camino de rosas.
    Ni siquiera es un camino.
    No me he movido del sitio, porque sé que los sucesos son sinceros, y algún día me darán la razón.
    No tengo nada que objetar. Ni que esconder.
    No soy como nadie, porque he cavado muy, pero que muy hondo, hasta llegar adonde estoy ahora, frente a mis ojos, de nuevo.
    He confinado mis teorías y mis textos, por creer en lo que otros creen.
    He intentado compartir mi visión con quien no la comprendía.
    Nunca he aprendido nada de mis relaciones.
    El abismo nunca ha sido un espejismo.
    Ni siquiera un desierto mi soledad, la más oscura de las soledades.
    No creo en nada, en lo que soy y en lo que puedo ser, sí.
    Cada vez más fuerte y sin fuerza de voluntad, solo con espíritu.
    He surcado el cosmos aunque no me acuerde, porque en mi mente cabe todo, menos la palabra ajena, estorbo por naturaleza a lo misterioso y sublime.
    Nadie puede llegar a mí porque no ven más allá de sus creencias.
    No es el mundo quien nos hace diferentes, yo marco la diferencia.
    Sin lástima ni alboroto.
    Sin tregua ni guerra.
    Sin paz ni perdón.
    Claro que el amor es una idea.
    La idea que se le ocurrió al primer ser humano que se sentía solo fue Dios, no el amor.
    Y si por encima de Dios no hay nada, para qué seguir crucificados.
    No hay ignorancia en mí, pues me colmo a mí mismo.
    Sin sabiduría.
    Sin compañía.
    Sin trampas.
    Yo soy lo único contra lo que he chocado.
    Nadie tiene la culpa de nada.
    Ni siquiera Dios.
    Ni el libre albedrío.
    Mi opinión nunca será igual a la de nadie, porque pienso más allá de la duda.
    La palabra es mi vehículo, y voy a toda mecha.
    El universo no es insondable, he llegado a mí.
    Objetivo de mis pensamientos y reflexiones.
    Adaptación a la vida.
    Supremacía.
    No soy como nadie, ni quiero serlo, amo demasiado mi misterio.
    Por más que hable siempre volveré a la propiedad en la palabra.
    Así como en la mente que imagina, el concepto deshace el misterio.
    No conceptualizo, sé que el misterio es como el silencio, la herida más profunda del ser humano.
     
    #1
  2. Nommo

    Nommo Poeta veterano en el portal

    Se incorporó:
    6 de Octubre de 2016
    Mensajes:
    18.485
    Me gusta recibidos:
    11.257
    Género:
    Hombre
    El amor no te llega...


    [​IMG]


    Si quieres, te lo describo:


    [​IMG]


    a ) Creador del Universo.
    b ) Hay muchísimos universos, en el espacio infinito.
    c ) Luego por tanto, le debemos una lealtad, al Amor, como autor.
    d ) Somos su obra.


    [​IMG]


    Pero hay otros autores, y otras obras. Alcanzando una notoria pequeñez, todas ellas. Cada universo es pequeño, inmaculado, lógico, perfecto, lindo, noble, evolutivo y eufórico.
     
    #2
    Última modificación: 4 de Octubre de 2017
  3. Ricardo López Castro

    Ricardo López Castro Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    17 de Septiembre de 2017
    Mensajes:
    1.886
    Me gusta recibidos:
    1.419
    Género:
    Hombre
    No es eso Nommo, no es eso. Yo solo podría amar la perfección, o una imperfección a la que yo hiciera perfecta.
    Comprendo tu opinión, pero al estar basada en una creencia, no me mueve.
    Verás como tarde o temprano llegaremos a un entendimiento, pues tú tienes mente de sobra para admitir que lo único que nos puede a todos es el misterio.
    La imaginación puede no llegar a todos los rincones, pero sí lo hace el afán de perfección.
    Verás como sí.
    Pensamos diferente, pero el amor no deja de ser una ilusión.
    Verás como al final pensaremos igual, y si no, porque el ser humano se ancla y se aferra a sus creencias por naturaleza, te diré que ni siquiera creo ya en el misterio.
    Para algo más que él está la palabra.
    Pero si no nos quedamos satisfechos, siempre se puede cavar más hondo.
    Ni el amor me debe nada, ni yo se lo debo a él.
    Te lo garantizo.
    Pero, ¡ay que gozo saber cuál es la verdadera herida!
    Y ni eso, siquiera un sarpullido.
    Nada, que se me ha pasado la vida, y no he aprendido nada.
    Papelito ven acá, me cago en la mar salada!
    Debes pensar que estoy loco, pero ahí queda el misterio.
    Conocimiento, allá voy!!!!
    Verás como tarde o temprano, temprano o tarde, cada uno sabrá.
    La verdad.
    La única verdad.
    Romper con las creencias, pues creer en algo siempre es como las modas.
    ¿En qué creeremos al morir?
    ¿En el amor?
    En lo que hemos dejado de lado.
    En lo que vendrá después de cerrar los ojos definitivamente, y en las metas que nos han faltado por alcanzar.
    Ése es el poder del misterio.
    Pero bueno, el amor tiene su puntillo.
    Te olvidas de tus principales inquietudes.
    Ahí es donde querías llegar, creo.
    Pero yo no funciono así.
    Soy como una veleta, hasta que me huelo que el viento cambia de dirección.
    No funciono con amor.
    Funciono sin amor.
    Échame una moneda y lo verás.
    Siempre rayando la locura.
    Pero con lo mío entre ceja y ceja.
     
    #3
  4. Nommo

    Nommo Poeta veterano en el portal

    Se incorporó:
    6 de Octubre de 2016
    Mensajes:
    18.485
    Me gusta recibidos:
    11.257
    Género:
    Hombre
    Entonces, no quieres saber mucho.
    Te conformas con lo que tienes.
    Me parece genial.


    Yo, desde luego, tampoco soy una lumbrera.


    Sobre todo, si voy caminando por las calles.
    Vivo en Granada, y a veces, se me hace difícil ir de compras.
    Como ciudadano, procuro ser un perfecto desconocido.


    Ahora bien, en Internet, sí que pretendo llegar muy lejos. Ésa es mi dualidad.
     
    #4
  5. Ricardo López Castro

    Ricardo López Castro Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    17 de Septiembre de 2017
    Mensajes:
    1.886
    Me gusta recibidos:
    1.419
    Género:
    Hombre
    No nos parecemos en nada.
    Pero bueno, nadie está hecho el uno para el otro.
    Quiérete mucho.
    Investiga.
    Yo no necesito ni atacar ni defenderme.
    Soy como un tojo.
     
    #5
  6. Nommo

    Nommo Poeta veterano en el portal

    Se incorporó:
    6 de Octubre de 2016
    Mensajes:
    18.485
    Me gusta recibidos:
    11.257
    Género:
    Hombre
    ¿ No nos parecemos ? Je, je, je.
    El típico truco de magia.
    ¡ Desaparecemos !


    Homo Sapiens Sapiens significa esto: Un igual, sabio sabio.
     
    #6
  7. Ricardo López Castro

    Ricardo López Castro Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    17 de Septiembre de 2017
    Mensajes:
    1.886
    Me gusta recibidos:
    1.419
    Género:
    Hombre
    Podemos no parecernos y ser sabios.
    Pero eso es otra cosa que no existe.
    ¿Jugamos a no existir?
    La fuerza del pensamiento es ésa, la que nos hace iguales y diferentes al mismo tiempo.
    Incluso a veces necesarios para los sentidos.
    El sentido común, o lo que sea.
     
    #7
  8. Nommo

    Nommo Poeta veterano en el portal

    Se incorporó:
    6 de Octubre de 2016
    Mensajes:
    18.485
    Me gusta recibidos:
    11.257
    Género:
    Hombre
    En cierto modo, no existimos, sino que insistimos y resistimos.
    A veces, desistimos.
    ¿ Se te ocurre alguna actividad física y deportiva, en la que uno insista y resista ?
     
    #8
  9. Ricardo López Castro

    Ricardo López Castro Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    17 de Septiembre de 2017
    Mensajes:
    1.886
    Me gusta recibidos:
    1.419
    Género:
    Hombre
    Ninguna mejor que el lenguaje.
     
    #9

Comparte esta página