Monólogos De Tristeza

Si quieres acabar esta vida sin igual,
si quieres esta cruel negrura disipar,
solo debes conmigo conversar.

Sabes donde estoy y sabes lo que soy,
soy la parte oscura de la cruel negrura de tu alma,
soy el fin que al acabar vuelve a comenzar
soy el principio que no tiene final.

Busca un libro entre esta luna llena,
libro con portada enorme,
ábrelo en la página de tu corazón
y escribe con tu pluma de sangre
iras que no se van y
fines que nunca acaban.

Recuerda que al cerrarlo, una puerta abrirás,
si quieres volver atrás ya no podrás,
a menos que tengas una máquina que el tiempo devuelva.

Sabes donde encontrarme,
sabes lo que soy;
soy el espacio entre cada estrella
y la pausa entre cada respiración,
soy el filo del puñal,
soy la punta de la aguja,
soy la bala de negrura,
el odio sin blancura.

Este libro grueso
es muy fácil de encontrar,
solo búscalo en tu alma
y verás que fácil lo hallarás.

No es difícil rebuscar entre sus hojas,
cosquillas provocas en mi al pasar las páginas,
y al llegar a la tuya, la que hice para ti,
una sonrisa dibuja en mi rostro el pincel de la noche fría
pues se que al abrirlo no lo podrás cerrar.

Por eso te advierto,
no me busques si no me quieres encontrar,
mas si quieres buscarme muy fácil me encontrarás.

Sabes quién soy, sabes mi nombre, sabes donde estoy,
estoy en cada verso de tu pluma al caminar,
estoy en cada latir de tu triste corazón,
en cada paso que das, en que marcas en el suelo
negrura sin igual. Soy el tiempo entre la noche y el
día, soy la luna que se esconde para dejarte
oscuro y triste.

Mírame en tu casa y ahí estoy viéndote y tus pasos siguiendo,
mira hacia arriba o hacia abajo,
ahí estaré, ahí estuve y ahí estoy.
Mas mira bien, no te confundas,
no me confundas,
no me trates de engañar, pues tú sabes
que para encontrarte no te tengo que buscar.

Sabes quien soy, sabes mi nombre, sabes lo que reina
en este cuerpo que no es cuerpo,
sabes que no uso ropa pues
no ocupo que me vean,
sabes que solo estoy, estoy ahí,
en cada surco de tu piel,
impregnado en cada cabello.

Así que esto es lo único que jamás sabrás de mí,
sabes que soy pero no me ves,
así que busca entre esas páginas
y ahí me encontrarás,
suelta el puñal, suelta la aguja, que sin mí
no lo lograrás.

Muere la tarde, muere el viento
y con él el destino, mueres tú y muere
el pasto que pisas al pasar,
mas sabes que no pereceré
pues soy el portador de muerte, pues soy lo que sabes
que soy.
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