Mòrbida

2 semanas locas cuidando al enfermo anciano
con cremas y otros medicamentos
y extrañas visitas mèdicas en medio de la noche
mientras los vecinos con atenciòn desmedida observan
los ojos en blanco, desorbitados
como si vieran a fantasmas

dios existe, los que no existimos somos nosotros
nervo dixit, biorges mediante

plagio sistemàticamente, me conformarìa con ser tu mejor epìgono
no el mejor orfebre:
el mejor epìgono

eso sì: bailar tango al mejor postor
como quien la cosa no quiere
como quien no quiere la cosa

què cosa?
el coso

condenados a ser libres y brillantes
libres y geniales
so pena de ser asesinados
mediante insidioso haxix

2 semanas embrujadas y vitales
cuidando al antiguo enfermo como un improvisado enfermero
que aprende por ensayo y error
como ciertos gobernantes

2 semanas de locura haciendo masajes en todo el cuerpo
y suministrando al paciente de riesgo toda clase de pastillas
como a un niño
mientras caìan las hojas del otoño en la calle
se acumulaban tapando las rejillas durante la tormenta
y la calle se llenaba de sucias aguas y de mosquitos
transmisores del dengue y otras pestilencias
mientras escuchaba a los redondos

todo el tiempo sonaba el telèfono o recibìamos mensajes de todo tipo:
amigos y familiares se empeñaban en no caer en la miseria:
solidarios y esperanzados preguntaban por el futuro deudo
mientras nos dirigìamos al baño
el hijo sosteniendo al padre
y masajeàndolo mientras hacìa sus necesidades sentado en el blanco inodoro

aquello era una feliz noticia: significaba que aùn estaba vivo
pero tambièn podìa morir de golpe como aquel siniestro dictador
que ya anciano muriò en la càrcel de repente
mientras cagaba o defecaba sus delirios persecutorios y mìsticos

no era el caso pero podìa suceder: habìa que andarse con sumo cuidado
debido a problemas cardìacos quiero decir coronarios
y luego a la cama de nuevo desfalleciente
mientras las palabras chocaban como autos que se deshacen
abollados como almas

un agujero en el estòmago
otro en el alma
otro en el bolsillo

ataques de pànico y otras menudencias no eran raros en aquel momento
entonces el clonazepan era ciertamente la tabla de salvaciòn
para poder dormir

en busca de rivotril una tarde
con el temor de ser apresado por la policìa
mientras caminaba por las calles
y observaba las vidrieras repletas de tortas de la panaderìa
de la calle doblas entre rosario y guayaquil

y siempre los redondos sonando en la oscura habitaciòn
acostumbràndonos a la idea de la muerte
del pariente cercano
y los lejanos e incluso desconocidos auspiciando como testigos

el cuerpo se iba degradando lentamente
dìa a dia noche a noche

hasta ser pulverizado ya devengado en masa de cenizas amorosas
en una caja de madera con tu nombre y la fecha de tu muerte

muerte hijadeputa, neruda dixit,
hasta cuàndo nos interrumpes?

 

Bravo!

Abrazos llenos en la distancia,