Nimbo

No hay tiempo para el reposo
¡Ya no hay plazo…! ¡ya no hay plazo…!
el horario es muy costoso,
te va cobrando a lanzazo.

No hay tiempo llano ni inmenso,
no hay ni en el oscuro vino,
un rojizo claro e intenso.
Queda aguardar al divino.

Y quitar los guarros trapos,
los gargajos que oscurecen
tus corpúsculos guiñapos
que a ti bellos te parecen.

¡Ah! nimbo ¡ah! nimbo sí vienes
bien nevado en una noria
Dime nimbo: ¿cuánto tienes
buscando tu vanagloria?

Christian Jovani

(Derechos reservados del autor).​

 

Tiempo siempre hubo,
y en fin de año, Noche-Vieja.
Nos comemos doce uvas.
Por las doce casas zodiacales.





<< ¡ Cara y cruz ! ¡ Cara y cruz ! Misma moneda. >>


Doce apóstoles de Jesús de Nazareth...


Siete notas blancas; cinco, negras, en la escala musical,
semitono a semitono, en el piano.
Tiempo siempre hubo, compás a compás;
sinfonías a tres voces, orquestas municipales y coros de canto polifónico.





El tiempo entre costuras.


¿ Coser y cantar ? ¿ Es pan comido ?
¿ Eso está chupado ? No lo creo.
Presente, Pasado y Futuro.
Es tiempo de zurcir paños y lonas.


De extender alfombras persas...





Bordaremos manuscritos en papiros.
Publicaremos novelas inéditas, bien encuadernadas.
Ilustraremos nuestros cuentos legendarios,
con escenas a la acuarela, o a la témpera.


Tiempo hay, pues una imagen vale más que mil palabras.





¡ Hay tiempo, también en el olfato !