No cuesta nada

Me gustaría pintar una casa

junto al lado derecho de los acentos de tus palabras,

dibujarte un mundo tras los cristales,

cerrar la puerta y que al abrirla, entraras.

Y en la cocina cruzar un río,

sin troncos ni puentes, solo con tus alas

y en el comedor abrir los cajones

para que puedan volar miles de mariposas blancas.

Que todas las nubes grises esten en tu armario,

entre la ropa sucia, encerradas

y qué el trueno llame a la puerta. ¿puedo pasar?,

traigo un tambor, dos copas y una botella de cava.

Y que lleguen las primaveras, se sienten a tus pies

y tus pies sientan su playa

y el arcoiris toque en los cristales,

¿puedo entrar por la ventana?.

Que la noche se vaya a dormir,

que se caliente de leña el frío de la madrugada

y allí, que nuestras cuatro paredes

sean todo el universo que te hace falta.

Y mirar al cielo y ver el techo.

columpiarte como una niña escondida bajo la cama

y saltar y reír. Y mirarte al espejo,

que creas oír que alguien te habla,

en voz baja, casi en silencio:

'a seguir soñando, que eso no cuesta nada'.

 

Soñar es hermoso y no cuesta, pero hacer realidad ese deseo, esa fantasia, ese capricho es aun mas hermoso y excitante. Me encata esta parte: ¨
Que la noche se vaya a dormir, que se caliente de leña el frío de la madrugada y allí, que nuestras cuatro paredes sean todo el universo que te hace falta.¨
Bonito poema.

 

Pues es cierto... que soñar no cuesta nada.. sobre todo con la bella exposición
retórica de tu bello y acicalado poema.

 

Ciertamente no cuesta nada, y quizás hasta puedas hacerlo realidad,
vale la pena ese romanticismo que le alegre el alma a alguna dama.
Un encanto de poema que se disfruta, gracias por compartirlo cielo.
Besitos cariñosos apretados en tus mejillas.