No enciendas la Luz

De acuerdo, entiendo que deseas marcharte,
la razón, ya no importa cual sea tu razón,
sólo te pido, justo antes de irte,
por favor, no enciendas la luz...

No quisiera que me vieras llorar,
no quisiera que me vieras retorcerme del dolor
que me causa tu partida,
pues al verte partir gritaría por que te quedes una vez más,

y la verdad, ya no quiero que te quedes ni una vez más,
pues siempre que regresas,
tan sutilmente me observas a través del cristal
con tus lindos ojos y ese rostro angelical,

que me angustia y desespera tu soledad,
y deseo desesperadamente poder abrir mis ojos,
romper el cristal y sujetarte entre mis brazos,
y suavemente decirte al oído: “cariño, no temas más”...

Pero ambos sabemos que es imposible,
pues ésta mi prisión que lleva por nombre “ataúd”
me separa de ti mucho más que mil años luz,
es por eso, amor, sólo vete y por favor... no vuelvas a encender la luz.

 

Que triste mi querida amiga aun no he sentido lo que tu describes pero sin duda me lo hiciste sentir en este poema .

un gustazo leerte

Besos Satiradictynna

 

que bello poema...lleno de melancolia...y ternura...que lo hacen..tan dulce...y doloroso..a la vez....

saludos..

diablito...