No versos, solo sentimientos

Hoy no quiero escribir versos,
solo sentimientos,
que al ritmo de mi corazón,
laten por una nueva canción.

No siempre puedes tener la razón,
pero esta noche solo se trata del corazón,
de gritar al mundo una nueva versión,
de lo que eres en el interior.

Ese sentimiento de frustración,
que me quema en el interior,
que refleja mi miedo a fallar,
sin darme cuenta que sencillamente ya falle.

La ansiedad que me consume,
que me lanza a una guerra perdida,
por levantarme de un fracaso,
por salirme del vacío.

Aquel sentimiento de tristeza,
que simboliza mi profundo vacío,
la carencia de mi misma,
en esta tormenta de sentimientos.

Pero al final no todo es malo,
por que dentro de mí sobrevive algo de felicidad,
no se como explicarlo,
pero por alguna razón,
todavía me quedan ganas de sonreír,
e intentar vivir.

Como explicar esa llama que arde dentro,
que me mantiene viva,
apesar del sufrimiento,
esa llama que emerge desde mi corazón,
recordándome lo que valgo en el mundo exterior.

Hoy no quiero escribir versos,
solo sentimientos,
que salen de un corazón,
triste, frustrado y vacío,
pero con la noble intención,
de seguir latiendo,
hasta encontrar su verdadera razón.

 

Te vendría bien la magneto-terapia.
Esto es: Colocar un potente imán de neodimio, en tu frente, durante un cuarto de hora.
O por encima de la nuca.
O a un lado de la cabeza, y sostenido por una gorra.
A mí, me aviva algunas zonas del cerebro, que tenía dormidas, y me permite pensar en voz alta.
O sea, pensar como piensa un cantante. Creo que el arte nace, a veces, del electro-magnetismo.





La magneto-terapia, finalmente, consiste en la iluminación sanguínea, pues el torrente sanguíneo llevaba dentro de sí, gotas de Santo Grial, a la espera de ser manifestadas, por un campo magnético potente. Por ello, ese Manná egipcio, que probaron los israelitas, en su travesía por el desierto, que duró 40 años, tiene que ver con la sangre, y en última instancia, con la propia orina.