Noche de marzo

Desde mi ventana observo
La gente caminar, reir, amar
Pensar que en cualquier momento serán solo carne yacida
Al igual que mi gato, que yo.

Es tan fugaz la vida…
Tan fina la línea que separa a ésta de la muerte
Las cosas se salvan, son inmortales.

Las formas y los colores,
la luna, el mar, las nubes, la fresca lluvia y su olor,
la estufa a leña que alumbra y caldea la casa,
La melancolía inefable y repentina de las tardes de invierno y su pálido sol,
Las terrosas hojas que el otoño
Desprende e inunda las plazas y veredas,

Las mariposas blancas, las doradas abejas y el aroma florido de la primavera,
El sofocante verano con sus largos días y
sus incansables mosquitos,
El canto alegre de las aves

El inexplicable amor, esa sensación de
debilidezca ternura en el pecho,
El miedo; la tristeza que ahora siento,
La soledad, compañera de las noches

Para otros será.

 

Del inexplicable amor, me quedo con el amor florido de la primavera.

Saludos

 

Amor que tiene sus cuatro estaciones, como la vida también.
Pero ese es tema para otra obra, poeta.
Alde, abrazo desde Argentina. Gracias por escribirme.