Noches blancas

Y las alas cortaron en vuelo
se agruparon al viento
y mordieron el aire.
La magia regresó
a la puerta de los paraísos
antes aniquilados.
Se pusieron las lunas
bajo el manto de horizontes
con tanto amor y tanta luz.
Se calmaron las pieles
y las campanas infernales
que nos hacían llorar.
Tú, Diosa egipcia
buscando felicidad
en mis brazos.
Yo, pobre Momia
torpe sin risa
deseando la vida.
Los soles
nos miman
nos cuidan.
Tú haces milagros
en esta carne envuelta
en gasas de olvido.
Tú me despiertas
y cada mañana
despeinas mis auroras.
Tú siempre tú
dándome de beber
la fe del Olimpo.
Mi cuerpo pálido te siente
como una luna en la boca
dibujando noches blancas.
Las palabras se duermen
y un susurro tuyo
las despabila.
Los dedos siguen
su pequeño rumbo
hasta encontrarte.

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L. de C.​

 

parece un sueño de algodón, donde todo pinta de pureza.

 

Sí, parece un sueño, pero es real, una realidad que agoniza pureza.
Gracias por tu comentario.
Saludos

 

gusto en recorrer su latir caballero, saludos. buen tema.

 

Gracias por tu comentario.
Saludos

 

qué maravilla! la maravilla...
es tan real que es lógico que parezca un sueño,
un sueño delicado que requiere mimos y cuidados...
especiales.
Una momia y una diosa egipcia,
que personajes!
aunque confieso que estoy en desacuerdo con la primera...)pero sirven al propósito de las imágenes que se suceden a un ritmo que encanta desde el principio hasta ese final abierto lleno de posibilidades(
en todo caso, son dos dioses encarnados
crucificados
y a punto de ser redimidos...
que sigan esos dedos su andar
y encuentren el camino que lleva
a eso que tanto buscas.

Besos,
C.

 

Estos dedos ya encontraron su camino, y lo están recorriendo.
Espero que la Diosa no huya cuando vea llegar a esta Momia.
Besos, tanto tanto!

 

Cambiar de Cielos amigo; nuevo aire, nueva luna. Las alas cortadas ya están cortadas, hay que dejar crecer nuevas y volar.
Sentidas y positivas palabras; vida amigo lo que siempre necesité ver en vos; VIDA.

Mi abrazo estimado Mauricio.

don Siprés

 

Daniel, siempre andás para conmigo regalando palabras justas, claro que la edad no nos emparda y tu llevas ventaja, pero deja ya de aventajarme como si ya hubieses vivído varias vida mientras yo no sé cómo hacer con apenas ésta.
Abrazos, gracias por seguir por acá, entre mis cosas.