Octavo Pecado

Engrillar la mente
con candados terrenales
es sentarse con los ojos vendados
en el lomo de Lucifer;

Es silbar
con sus colmillos
y acariciar la barba de Judas
bautizando sus monedas.

Amordazar palpitaciones aladas
para lapidarlas en una nube...
es el segundo vuelo de Ícaro
en el decapitado cielo negro;

Es beatificar silabarios
enajenadamente ciegos
y enseñar alfabetos mancos
que no copulan con el lápiz;

Engrillar la mente
con candados terrenales,
es el Octavo Pecado...
y el Primer Mandamiento.

*Extraído del libro Arte Almamental.