Ojos

El viejo reloj del salón

desde su péndulo dorado

me mira insistente

haciendo oscilar sus reflejos

como una cabellera rubia

como una negación continua.


El viejo reloj del salón

es la puerta que se abre

a un universo de ojos

ojos de los que yo soy

el objeto contemplado

allí en el centro inexistente de su mundo.


Ojos

un universo de ojos

galaxias de miradas fijas

estrellas familiares

o simplemente olvidadas

como la del gato de astracán.


Desde el techo como un cielo

desde las paredes sucias

miríadas de ojos

me contemplan

me hacen más pequeño

en mi escasa dimensión de hombre.


Ojos de ámbar

ojos de pantera

ojos astutos de serpiente

ojos de investigador de almas

ojos como hojas muertas

ojos con su última mirada

ojos que ven ya otro mundo

ese que está al final del túnel blanco

ojos de voyeur

ojos lacrimosos

ojos pudorosos

ojos femeninos

ojos asexuados

ojos de miradas fugaces

ojos de iris nebulosos

ojos de ciego

ojos fractálicos

ojos facetados

ojos como cráteres ardientes

ojos de huracán

ojos como vórtices

vórtices de agujero negro

por donde se escapa el tiempo

mi tiempo

vórtice ordenador del mundo

vórtices que son ojos

ojos que me penetran

ojos desde el techo

ojos desde las paredes sucias

los ojos de nácar

del viejo gato de astracán

mis ojos que nunca vi.


Colgaré como trofeos

mis dos ojos

sobre la pared del fondo

allí donde ilumina

el primer rayo de sol

hasta que los deje

secos y ciegos.

​

Ilust.: Odilon Redon. “Dans le rêve”. 1879​

 

Muchas gracias, Darkness, querida compañera. Me alegro que encuentres agradable este poema que yo juzgo difícil. Una luminosa afinidad. Abrazos mediterráneos,
miguel

 

Hola, Tribu. Por la misma razón que antes he expuesto, la dificultad que encuentro en la expresión de este poema, es para mi muy gratificante la lectura que haces. Somos, aunque únicos, el centro de observación de una infinitud de ojos. Algunos sólo esperamos pasar desapercibidos. Muchas gracias, querido compañero.
miguel

 

Aunque deseemos sentirnos unico hay un desgado suplicio pues las
razones de los ojos observantes quieren disolver por las luces
incomprensibles. la amarga lucha es comprender que se produce
una verdadera ruptura del oceano de los sueños. excelente.
saludos amables de luzyabsenta

 

Muchas gracias, querido Carlos: observo que comentas en estos días algunas de mis publicaciones que ya empiezan a envejecer. Te lo agradezco muchísimo, tanto por la atención que me dispensas como por el "rejuvenecimiento" que das a esos poemas y con ello la oportunidad de que sean leídos por otros compañeros. Una excelente labor la tuya, amigo mío. Un fuerte abrazo,
miguel