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Olga Orozco

Tema en 'Biblioteca de Poetas consagrados en verso libre' comenzado por lluvia de enero, 11 de Mayo de 2015. Respuestas: 2 | Visitas: 1638

  1. lluvia de enero

    lluvia de enero Simplemente mujer

    Se incorporó:
    4 de Septiembre de 2009
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    Olga Orozco
    (Santa Rosa de Toay, 1920 - Buenos Aires, 1999) Poeta y cuentista argentina que perteneció a la Generación del 40.
    Vivió en su ciudad natal, en la provincia de La Pampa, hasta los ocho años; luego se trasladó a Bahía Blanca y en 1936 se instaló en Buenos Aires. Se graduó como maestra, profesión que nunca ejerció, y más tarde se licenció en la facultad de Filosofía y Letras.
    Polifacética, colaboró en las revistas Canto, A partir de cero, Sur, Cabalgata y Anales de Buenos Aires. Trabajó como periodista y en cierto momento llegó a tener ocho seudónimos, cada uno para escribir en un estilo distinto; durante años redactó los horóscopos del diario Clarín. Incursionó asimismo en el radioteatro como actriz. En 1961 obtuvo la beca del Fondo Nacional de las Artes; ganó diversos premios de poesía y en 1998 fue galardonada con el Octavo Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, una de las distinciones más importantes en lengua hispánica.
    Toda su obra gira en torno del tema de la muerte y la soledad, que ha sabido expresar con una gran intensidad dramática. La poesía francesa posterior al surrealismo y la poesía narrativa norteamericana le valen para organizar un lenguaje muy personal y un mundo cerrado, melancólico, sofocante y voluptuoso a la vez.
    Publicó los libros de poemas Desde lejos (1946), Las muertes (1952), Los juegos peligrosos (1962), Museo salvaje (1974), Veintinueve poemas (1975), Cantos a Berenice (1977), Mutaciones de la realidad (1979), La noche a la deriva (1984), En el revés del cielo (1987) y Con esta boca, en este mundo (1984).

    Escribió también dos libros de relatos autobiográficos, La oscuridad es otro sol (1962) y También la luz es un abismo (1995) y una obra de teatro: Y el humo de tu incendio está subiendo (1971).

    Datos biográficos tomados de: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/o/orozco_olga.htm

    ***************

    BALANCE DE LA SOMBRA


    Muchas veces, en los desvanes de la noche,
    cuando la soledad se llena de ratones que vuelan o escarban bajo el piso
    para roer, tal vez, los pocos nudos que me atan a este asilo,
    busco a tientas la tabla donde asirme o el lazo que todavía me retenga.
    Entonces te adelantas, aunque no sé quién eres,
    sombra fugaz y sombra de mí misma, mi sombra ensimismada,
    sí, tú, la más cercana pero la más extraña,
    y siento que aun con tu inasible custodia me confirmas un lugar en el mundo.
    Pero ¿quién eres tú?, ¿quién eres?
    Quizás seas apenas como un jirón de niebla
    que copia dócilmente cada pacto de mi sustancia con el tiempo,
    como cree la luz;
    o acaso estés aquí sólo para testimoniar con tu insistente opacidad la culpa y la caída.
    Compañía fatal o delatora,
    yo sé que agazapada en un rincón cualquiera de los sueños
    permites que la muerte se pruebe mi propio cuerpo cuando duermo.
    Y no ignoro tampoco que llegas desde el fondo de un abismo con alas de ladrona
    y escondes en tu vuelo soles negros,
    humaredas de infiernos nunca vistos y recuerdos que zumban como enjambres.
    Tu cosecha de ayer; tu amenaza y promesa para hoy y mañana.
    Sospecho que también me has contagiado paredones roídos,
    templos rotos, fisuras dolorosas y escondrijos que dan al otro lado.
    Pero también multiplicaste a ciegas las visiones del amor que no muere,
    nos vestiste con noche encandilada, con fugitivos resplandores,
    y hasta te vi saliendo de ti misma
    y te vi propagarnos como a un eco, como a un temblor de luces hacia la eternidad,
    al paso de las aguas.
    Sombra perversa y sombra protectora,
    mi doble de dos caras.
    Nunca tuve otra hija más que tú,
    y has hecho lo imposible por parecerte a mí, en mi versión confusa,
    aunque siempre aparezcas embozada en anónima y ajena, peregrina envoltura.
    Yo te confieso ahora, mientras estoy aquí,
    mientras aún me anuncias o me sigues, no sé si como emisaria o como espía,
    que quienquiera que seas no querría perderte entre otras sombras.
    No me dejes entonces nunca a solas con mi desconocida:
    no me dejes conmigo.


    ***************


    NO HAY PUERTAS


    Con arenas ardientes que labran una cifra de fuego sobre el tiempo,
    con una ley salvaje de animales que acechan el peligro desde su madriguera,
    con el vértigo de mirar hacia arriba,
    con tu amor que se enciende de pronto como una lámpara en medio de la noche,
    con pequeños fragmentos de un mundo consagrado para la idolatría,
    con la dulzura de dormir con toda tu piel cubriendo el costado del miedo,
    a la sombra del ocio que abría tiernamente un abanico de praderas celestes,
    hiciste día a día la soledad que tengo.

    Mi soledad está hecha de ti.
    Lleva tu nombre en su versión de piedra,
    en un silencio tenso donde pueden sonar todas las melodías del infierno;
    camina junto a mí con tu paso vacío,
    y tiene, como tú, esa mirada de mirar que me voy más lejos cada vez,
    hasta un fulgor de ayer que se disuelve en lágrimas, en nunca.

    La dejaste a mis puertas como quien abandona la heredera de un
    [reino del que nadie sale y al que jamás se vuelve.
    Y creció por sí sola,
    alimentándose con esas hierbas que crecen en los bordes del recuerdo
    y que en las noches de tormenta producen espejismos misteriosos,
    escenas con que las fiebres alimentan sus mejores hogueras.
    La he visto así poblar las alamedas con los enmascarados que inmolan el amor
    -personajes de un mármol invencible, ciego y absorto como la distancia-,
    o desplegar en medio de una sala esa lluvia que cae junto al mar,
    lejos, en otra¨ parte,
    donde estarás llenando el cuenco de unos años con un agua de olvido.
    Algunas veces sopla sobre mí con el viento del sur
    un canto huracanado que se quiebra de pronto en un gemido en la garganta rota de la dicha,
    o trata de borrar con un trozo de esperanza raída
    ese adiós que escribiste con sangre de mis sueños en todos los cristales
    para que hiera todo cuanto miro.

    Mi soledad es todo cuanto tengo de ti.
    Aúlla con tu voz en todos los rincones.
    Cuando la nombro con tu nombre
    crece como una llaga en las tinieblas.

    Y un atardecer levantó frente a mí
    esa copa del cielo que tenía un color de álamos mojados
    y en la que hemos bebido el vino de eternidad de cada día,
    y la rompió sin saber, para abrirse las venas,
    para que tú nacieras como un dios de su espléndido duelo.
    Y no pudo morir
    y su mirada era la de una loca.

    Entonces se abrió un muro
    y entraste en este cuarto con una habitación que no tiene salidas
    y en la que estás sentado, contemplándome, en otra soledad semejante a mi vida.


    ****************​
     
    #1
    A jose luis muñoz le gusta esto.
  2. temticas

    temticas Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    17 de Octubre de 2007
    Mensajes:
    272
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    29
    Maravillosa Olga, con su poesía de angustias y enigmas...
     
    #2
  3. jose luis muñoz

    jose luis muñoz Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    20 de Febrero de 2016
    Mensajes:
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    Género:
    Hombre
    Que precioso .
     
    #3

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