Palabra sacrificada en el líquido de los ednios

Decía León Felipe:

“Deshaced ese verso,
quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma.
Aventad las palabras
y si después queda lago todavía,
eso será la poesía.”

... , aunque no recuerdo que lo pusiera en práctica.
Es difícil conseguir un poema como el tuyo en el que el fondo y la forma son el poema mismo.
Entendemos y no entendemos, somos en las presencias y en las ausencias de un atemporal caos.
Un gran abrazo, Andreas, y feliz de ver que poemas como este ocupen las altas estancias de la poesía.

 

Menos mal que tu segundo verso dice que es normal no entender nada, porque yo ya me estaba pensando que era tonta perdida.
Efectivamente no me he enterado de la misa, la mitad.
Y mira que lo he leído tres veces y con detenimiento. ¿Es grave, doctor?
Pero siempre es un gusto recorrer tus escritos.
Saludos cordiales.

 

¡Querido Luis!
Gracias por dejar tu valioso rastro por este poema. Era grande Mustaine, sí, y la prueba está en que dejó muesca en muchos de nosotros. Su escritura automática era puro lirismo. Era un inmenso creador de imágenes. Hace poco me comentabas que la buena poesía podía ser predecible, pero no formulada. En el caso de Mustaine, sus versos parecían dichos siempre por primera vez...
¡Abrazos, amigo!

 

Ohhh, compañero Alonso, hermoso comentario el que me regalas. Gracias por ello.
Detrás de la escritura automática, a veces, se esconden resquicios de lo que puede ser un poema.
Quedo muy satisfecho sabiendo que fue de tu gusto, amigo.
Sigue bien, ya pronto es primavera.

 

¡jajaja! No me extraña que no hayas entendido nada, yo tampoco.
Sí que es cierto que conforme lo releí, fui desentrañando historias conocidas sorprendentes, entretejidas con razonable inconsciencia.
Es curioso, quizá por no entender, es de los pocos poemas míos que sigo leyendo con interés.
¡Saludos cordiales, Eratalia!