PALABRAS

[center:1c05964e18]Vendo ricas palabras
de todos los sabores.
Me supuran por las manos,
me salivan por la boca,
me rebosan de la mente.

Son figuras fulgurantes
de piedad hipócrita,
valientes saetas
de ególatra orgullo,
losas de plomo eterno,
y alas estúpidas,
etéreas y vanas.

Descubro algunas temblorosas
en la mugre, bajo mis uñas.
Hablan de justicia, de principios …
No les hago caso,
son sucias, impertinentes.

Me invento vocablos
y los visto de mármol.
Se me escapan algunos
y me delatan vanidoso.

Pero no me importa.
Al cabo del día,
el silencio ha sido
un trámite escaso,
leve, sin peso ni voto.
Lluevo palabras rabioso
y apenas permito tiempo
para digerir mis estupideces.

Como estas,
que te entretienen.
Acabas la lectura,
y comprendes que no te aportan
ni un ápice novedoso.
Ni una sola razón
para seguir leyéndome.[/center:1c05964e18]

 

Y yo las compro, cuanto valen?

Besitos de fresa,

 

Gracias mi Guada,
sabes que para ti son todas dulces y gratis.
Ya compraste mis labios y mi pensamiento,
cuando te cruzaste conmigo.[/b]

 

Para mi tus palabras son de rojo azulado , eternamete rojas e inmensamente azules
por lo menos en este escrito donde se evidencia tu fuerza en el uso de las palabras.

saludos
Elluz K

 

Razones sobran... para seguir leyendote
y comprar tus palabras -llenas de sensibilidad-
un abrazo
hacia un buen rato no sabía de tí espero te encuentres bien
los mejores deseos
tu ciberamigo
Librado.

 

... y las tuyas... ¡ay, de las tuyas!...
¡No nos prives de ellas, Viento Querido, que son de las mejores que tenemos!.

Versos en puja consigo mismos: Me gusta esta confrontación dialéctica.


Un abrazo.

 

Yo también creo que sobran razones para seguir leyéndote, y cada una de tus palabras se convierte en una nueva razón. Manejas la escritura de una manera increíble... me gustó mucho!
Saludos.

 

Cuando escribes tú, si que tienen color.

Una admiración sana, y una envidia cariñosa que no me cesa.

 

Mejor ahora, rodeado de poetas y de amigos.

¿Se puede pedir más?

No contestes, que es de mala educación.

 

Un beso muy grande Mi Ciela,
tanto, que llegue a ti, sin moverse de mi lado.
Y tan dulce, que la miel quede salada.

 

Muy amable de tu parte Helen, y un honor tu presencia en estas letras.
En estas palabras que casi se pelean con ellas mismas
en cruenta guerra civil.