Pequeño país de sueños

[center:27480c8f5d]Pequeño país de sueños


Anhelo como nunca
la arena amarilla de mi infancia,
y el olor a jazmín
y azahar de la calle
en la que aprendí a andar,
en la que empecé a vivir,
donde no dejé de soñar.
Quiero volver a ver el sol
como lo veía entonces,
sin saber de su existencia,
sin esperar su salida
envuelto es esta impaciencia.
Quiero despertar de nuevo
en aquella habitación,
donde una tarde lenta de invierno
jugué con calma a ser mayor,
cuando pensaba que crecer
no era plegarse al dolor,
sino un continuo disfrute
de los días, una cadena de risas,
una fuente de leche y miel,
una cama de siestas dormidas,
una caricia de mi madre,
su beso protector e infalible,
sus brazos atentos a mi caminar,
sus manos palpando mi fiebre,
sus ojos pendientes del aire
que, a mi alrededor, ocupaba su lugar.
Memoria mía, rompo con estas flechas
los espejos que sólo me devuelven,
envidiosos y turbados, amargura y tedio;
entiérrame deprisa en el cementerio
de los días en los que una vez fui feliz;
cambio mi tristeza por aquella alegría de vivir.[/center:27480c8f5d]

 

Como me ha gustado tu poema, la nostalgia por la paz y la felicidad que uno disfrutaba cuando niño, hasta me hace añorar mi infancia y eso que no la recuerdo bien. Un gusto haberlo leído, te felicito.

Un saludo

ANA