Pérfida sonrisa

Ignoro las lágrimas que derramaré,
para entender el por que,
suplico las noches despierto,
esperando un rayo de sobriedad,
ruego pase el efecto de la anestesia,
en mi pérfido cuerpo.

Cada golpe recibido,
es un pedazo de mi corazón desterrado,
cada llanto soportado ,
es un miedo inoculado,
cada día del pasado ,
es un recuerdo borrado.

Mi memoria trastoca fondo,
al perderme en el dolor de la muerte,
esa angustia que te pide a gritos,
que seas más fuerte,
con valentía he ignorancia,
mi conciencia guiada por la nostalgia,
silencia mi razón ,
mi juzgada perdición,
y le pide a la locura ,
que sea mi última esperanza.

Mi cordura se silencia por un momento,
y el alcohol lleva el dolor,
hasta el último extremo,
los recuerdos reviven,
como enfrentando el tiempo,
mis gritos cultivados ,
en placentas de timidez,
fecundan un dolor tan intenso ,
que el mismo Hércules batalla perdería.

Cabizbajo como siempre,
levanto mi leve rostro ,
que no refleja mi corta edad,
proclamo a todos los dioses existentes
y al único entre ellos,
un grito que desgarra mis pulmones,
mi memoria y mis aflicciones,
!NUNCA JAMAS!, !NUNCA JAMAS!,
sentiré la violencia a mi austera mortalidad.

 

Somos un paso efimero para una eternidad que nunca existira.
Hay que levantar la cabeza, con aires de supuesta superación.
Un delito no haber pasado.


K

 

hola, mistenig!!! asi es, nunca debemos olvidar que vivimos en una austera mortalidad... sin embargo no dejarnos arrastrar por ella, es lo que debemos hacer... un gusto pasar por sus adoloridas letras... saludos poeta...

 

Que tal mistenig,
la verdad buen poema, me gusto mucho,
porque los sentimientos que transmites,
de verdad los experimente, y me hizo
recordar aquellos momentos, en que la
muerte rondando nuestro ser está,
muy buen poema.

Saludos,

 

renunciar a la violencia es renunciar a la más común de las respuestas humanas, es ser más moderno y dejar atrás nuestra naturaleza.
no se que postura es la acertada pero creo que los dos en extremos son caóticos y no hay equilibro perfecto así que es cuestión de gustos

ius

 

Gracias por compartirlo, fue un placer. Una duda, en la última estrofa, segundo verso, se lee:
Levanto mi sene rostro…
Me da la impresión que hay un error de teclado.
A la misma vez, te hicieron faltas algunas tildes o acentos.
Chepeleón