¿Puedo tomar su orden? Amor, sin vanidad por favor.

No dije nada
sólo estaba sentado en la oficina
dando vueltas en la silla
sacudiendo mi cabeza de tanto tedio
aguantando el sinsentido de la vida​

ella no dijo nada
nunca lo hacia
al menos conmigo no cruzaba palabra
así pasaban los días
y la verdad no me importaba​

una mañana
me pregunto la edad
le dije veinticinco
¿en serio? creí que eras más joven
le di las gracias
porque empezaba a sentirme viejo​

y vos ¿Cuántos?
eso no se pregunta tendrás que calcular
¿diecisiete?
y sonrió; bendita seas;
dijo tengo veintidós​

entre simuladas coincidencias
nos encontrábamos
lo que necesite
desde un lápiz hasta un beso
no dude en pedirlo
estaré en mi escritorio
trato hecho

y lo noté en su mirada
estaba enamorada
demasiado rápido para ser cierto
tan fácil no puedo creerlo
al parecer me queda bien la corbata
el traje tiene su efecto

pero, qué hay de lo interno
si sólo nos gustan nuestros cuerpos
o la ropa sobre ellos
suena extraño,
aquí es donde pesan los complejos

de pronto nos evitamos
no sé si es buena señal
está claro que hay algo en proyecto
pero faltan las palabras adecuadas,
un deme la oportunidad
de llevarla a un lugar neutral

donde no haya espectadores
ni dudas ni temores
lo nuestro es algo más
hablemos con sinceridad
usted lo vale
espero me vea igual,
quitémonos la ropa y la piel,
mostremos los sentimientos.​

 

Qué escritos tan sinceros y tan llenos de vida, me cautivaste.. Que el amor haga lo mismo contigo. Saludos, seguiré leyendote!