Quien sólo oye su voz

Qué difícil que resulta poder complacer a todos
cada quien con sus caprichos y a veces con malos modos.

Somos todos diferentes no es ninguna novedad
influyen nuestras costumbres también importa la edad.

Si reina la intolerancia ningún acuerdo es factible
posiciones antagónicas resultan irreductibles.

La razón a la deriva navegando a cuatro vientos
imposible es consensuar donde reina el desconcierto.

Si no hay diálogo posible cada uno queda anclado
en cuestionables certezas y al cabo termina aislado.

La verdad no es una sola en todo caso hay versiones
que producen controversias y encendidas discusiones.

Cualquier intento es en vano si no hay posturas flexibles
si prima la intransigencia todo acuerdo es imposible.

Quien sólo oye su voz no escucha la del vecino
así es como se generan los diálogos bizantinos.

Ruben Edgardo Sánchez, 23 de enero de 2018

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