Quintillas quincalleras quizás quemen quilos

Ha partido la verdad
al sótano de averno.
Se hizo trizas la equidad
y al Diablo le importa un cuerno.
Solo observa esta ciudad.​

 

Has ido por la ciudad
yo te encuentro hasta en la sopa
me ves con asiduidad
ya controla tu ansiedad
tu ilusión siempre galopa.​

 

Enardecido galopa
siempre al frente de la tropa
la espada desenvainada
un disparo a quemarropa
le dio muerte en la cañada

 

El segundo ha quedado de siete, estimado Pi.

Y en esa infausta cañada,
el prohombre y el cobarde
supieron hacer alarde
de una audacia inusitada,
mas su gloria llegó tarde.​

 

Gracias, arreglado

 

Mas su gloria llegó tarde ,
latido que se acompasa
que la tristeza retrasa
en silencio, sin alarde
como si fuera argamasa.​

 

Si fuéramos argamasa,
la gente se forjaría
con don de albañilería
y en el confort de una casa.
El temple no serviría.
​

No es un contrapunto de la anterior. Simplemente, es lo primero que me vino a la cabeza para rimar con "argamasa".

 

Y no sé si serviría
para construir edificios
que yo, para estos oficios,
no tengo clara la guía
ni quiero pagar perjuicios.

 

Para arreglar los perjuicios
pronto debemos hacerlo,
fragua rápido, hay que verlo,
y lograr los beneficios,
es difícil obtenerlo.​

 

En un cuarto muy menguante
ha quedado el elemento
sin clase, sin argumento
y aún no ha tirado el guante
ni lo hará por el momento

 

Las noticias del momento
no resultan halagüeñas
casi ningún nacimiento
da lugar como les cuento
la huelga de las cigüeñas

 

Hoy pensaba en las cigüeñas
cómo hicieron con el reto:
debieron tomar asueto
pues jamás cargan con peñas.
Pesas mil… y de esqueleto.​

 

Pesas mil… y de esqueleto.
al predicar espantada
por la avenida guardada
sin atender el sujeto
porque te mira asustada.​

 

Se te notaba asustada
y me estas retando a duelo
haz venido entusiasmada
sabes que compuse al vuelo
la controversia pasada

 

Esa moda está pasada.
Ya nadie regala flores
pues hay muchos detractores,
y dicen que es babosada.
y habrá futuros peores.​

 

Lo que sí que me ha incendiado
es empezar la quintilla
con el dolor de una astilla
por un participio dado,
un agujero en mi quilla.

 

Tiene el castillo una quilla
igual que si fuera un barco
donde canta una chiquilla
¡Vaya escena, vaya marco,
para cerrar la quintilla!

 

Y sigo con la quintilla
buscando rimas en illa
que, según en qué momento
y debo estar muy atento,
no es una labor sencilla.

 

Esto no es cosa sencilla:
“Solo mamará el que chilla.
“Para el mudo, ¡inanición!”
La nodriza Encarnación
pone a todos en capilla.​

 

Si pasas por la capilla
no puedes volverte atrás,
es mejor esa chiquilla
que la que tienes detrás
que si lo dudas, te pilla

 

No hay forma, sigue y nos pilla;
esta rima sandunguera
nos maltrata a su manera
hasta cerrar la manilla
y hacer que se quede fuera.

 

He conseguido una silla
para un concierto latino
pero fue mi desatino
Ella no canta, ella chilla
buscaré un mejor destino


(Llegué un tin tarde)

 

La chiquilla quedó fuera
y aunque se quedó soltera
le quedaba esta quintilla
para demostrar lo que era:
la más guapa de Sevilla

 

Debe estar nuestra Sevilla
con un clima que no asombra
ya que es normal en la villa
terminar en la camilla
por el calor a la sombra.

 

Más de uno ya está a la sombra
por no haber hecho lo justo
y aunque el ladrón no se nombra
y está en su sillón a gusto
algo habrá bajo su alfombra

 

Pues a mi siempre me asombra
que se repita la rima
y que ninguno dirima
como quitar esa sombra
que en las quintillas se arrima.​

 

Cuando la espuma se arrima,
recuerdos reaparecen
y, con la marea, crecen
un hermoso microclima
donde las penas perecen.​

 

Donde las penas perecen
en instantes tan aciagos
no aceptaré los halagos
así que mejor que cesen...
¡y no me den más rezagos!​