Quintillas quincalleras quizás quemen quilos

¿Cómo estas? Hola, muy buenas.
¿Dónde has estado este tiempo?
Un poco raro me suenas
y en mi presencia te frenas.
¿Del covid un contratiempo ?

 

Solo espero el contratiempo
que le devuelva la vida
a este caballero lempo.
De mi corazón, el tempo
necesita una subida.

 

Agobiante es la subida
a tu casa en aquel cerro;
solo voy por la comida
por tu hermana y por el perro
además de la bebida.

 

No es solo por la bebida
que sube Riolita al cerro,
hay una razón sentida
para cuesta tan erguida
y no sé si es por el perro.

 

Le juro que es por el perro
que atravieso las colinas,
además habrá un entierro
con orgías y vecinas
y la ofrenda de un becerro.

 

Me creo lo del becerro
también lo de las vecinas,
deben ser solo rutinas,
a esa idea yo me aferro
mas me escurro entre resinas.

 

El cedro es rico en resinas
delicadas y olorosas,
siendo un árbol sin espinas
con gotitas ambarinas
comunmente pegajosas.

 

Dulces y pegajosas
hay algunas canciones
dicen algunas cosas
a veces sin razones
pero son muy jocosas.

 

Me resultan muy jocosas
estas manifestaciones,
para nada perniciosas
y ,en el fondo, tan curiosas
que precisan ciertos dones.

 

Siempre existen ciertos dones
que más vale no nombrarlos.
Hay mujeres y varones
que mejor nunca encontrarlos
ni siquiera para odiarlos.

 

Yo no quisiera odiarlos
pero de ellos tengo antojos
no quisiera yo encontrarlos,
pero me gusta comerlos
de rábanos los manojos.​

 

No te pongas en la oreja
cosas por seguir la moda,
quizás mejor en la ceja
o en la nariz se acomoda
una deslumbrante reja.

 

Sigo con “eja” sin queja
aunque fueron dos seguidas.
Trabajan como una abeja
hilvanándonos sentidas
quintillas expeditivas.

 

Palabras expeditivas
con gestos irreverentes,
son las maneras altivas
de tratar mal a las gentes
de las almas restrictivas.

 

A mí no me corresponde
decirle lo que ha de hacer
yo no sé cuándo ni donde,
sí a mi corazón responde,
nos iremos a querer.​

 

Ella siempre tanto inquiere:
“¿Dónde estuviste, boludo?
Si el casado casa quiere,
¿no ves que mi amor se muere?
¿Te interesa ser cornudo?”

 

En juego de topa topa
los niños miran colores.
No son solo los menores,
los abuelos ,tras la sopa,
comentan los pormenores.

 

No cometas los errores
de la humorada procaz
en este foro de autores
que disfrutan de la paz
que no otorga lo mordaz.

Al leerme recientemente.

 

Es ingenioso y mordaz
por su mente prodigiosa
que resulta peligrosa
ya que se cree capaz
de comentar cualquier cosa.

 

Yo no sé cómo es que él osa,
con su innata alevosía,
decirme que soy hermosa,
si ya sabe que es su esposa
la mejor amiga mía.​

 

Si, sé que la culpa es mía.
A pesar de estar casado
sigo atento a este mercado
que la demanda porfía
por un sujeto rodado.