Quintillas quincalleras quizás quemen quilos

El engranaje a rodado
con loquísimo atropello;
ya a este tonto cara e' bello
lo han dejado enamorado.
No se acuerda que es plebeyo.

 

Él era solo un plebeyo
pero mucho se esforzó
trabajando y se formó
hasta hacerse leguleyo;
al final la conquistó.​

 

Es cierto, la conquistó,
mañana se casarán.
Y en el dorado plató
de invitados del gachó
brindaremos con champán.

 

Necesito ahora un reposo
tras las Fiestas de Vitoria.
No me he subido en la noria
pero he hecho bastante el oso
y ya llegan las de Soria.

 

Qué linda que eres, Soria,
aun cuando no hay fiestas
pues llena estás de historia
del pasado y de tu gloria
al lograr grandes gestas.​

 

¿Fingir? Sé que me detestas.
Me da igual si no contestas,
y amigo, no voy a mentir.
¡No te pago por las fiestas!
Nadie ha querido venir.

 

Dame ya lo que me ofreces
estoy enfermo de espera.
No puedo contar las veces
que esperando que me beses
quedé solo en la escalera.

 

Infinita es la escalera
por culpa del ascensor
y de su antiguo motor
que dijo que no tolera
tantos años de dolor.

 

La mujer el hombre fueron
viento alado, avaro cesto
palabras de sentir viento
si ellos se no-miraron
quien supo que vino luego?

 

Hola Macalopez, bienvenida al hilo. Te dejo el enlace a las normas que seguimos para enlazar las quintillas en este ejercicio. http://www.mundopoesia.com/foros/temas/quintillas-quincalleras-quizas-quemen-quilos.748631/
Recordemos que se ha de incorporar la última palabra del último verso de la intervención anterior al final de nuestro primer verso, con rima consonante.

Me dijiste que luego
me podrías amar
si es que encendía un fuego
y escuchaban mi ruego
divinidades del mar.​

 

¡Divinidades del mar
rubias rojas y morenas
tan prestas a enamorar
cautivarnos y olvidar;
mitológicas sirenas!

 

Me envenenas por las buenas;
falsa bondad, hiel, cicuta.
Me tienes como Mecenas
pagando lujos y cenas.
Eres reverenda …astuta.


¡Olé! Aunque la rima era tentadora.

 

Calculadora y astuta
razonas con mi tarjeta;
tu madre también disfruta
la impunidad absoluta
de revisar mi chaqueta.

 

Dejaste aquí tu chaqueta
cuando te fuiste enojado
y ahora con esa treta
la mandaré en estafeta
con un ardiente recado.

 

Echó mano a su recado*,
presto, aquel gaucho matrero**.
Se acomodó su sombrero
y rumbeó***, muy apurado,
pues lo sabían cuatrero****.


* Arg., Bol. y Ur. Apero de montar.

** adj. Arg. y Ur. Fugitivo que buscaba el campo para escapar de la justicia. U. t. c. s.

*** intr. Arg., Bol., Ec., Hond., Par., R. Dom. y Ur. Encaminarse, dirigirse hacia un lugar.

**** m. y f. Ladrón de reses o ganado, especialmente de caballos. U. menos c. adj.

 

“Plomo les da la milicia”
nos cantó Violeta Parra.
A veces requiere garra,
al poder y la codicia,
decirles qué nos amarra.

 

Los robó con la malicia
propia de los forajidos,
y en el diario fue primicia
que además de su avaricia
dejó a cuatro malheridos.

 

¿" Y te sales de la ruta"?

 

Eres mi locura,
eres mi pasión,
toda mi ternura
y mi corazón.
Besas con dulzura
yo mi amor te doy.​

 

A plena norma les doy
el gusto como es debido.
Si sufro de un “lapsus” hoy
no ha de ser por lo bebido
sino todo lo vivido.

 

El fulgor de lo vivido
o el amor de alguna prima
de cambiar te han convencido
el esquema de la rima;
mas no molesta a mi oído.

 

Responda cocina, ¿oído?
Si, Master Laly replica
pero luego no se aplica
y nos deja en su cocido
una estrofa que salpica.

 

Es que el amor no se explica
ni se puede razonar,
pero todo lo salpica
y aunque a veces se suplica
tan solo quiere besar.

 

Labios de hielo es besar
tu boca petrificada.
Más fría que una nevada
que te sorprende al andar
a nalga desabrigada.