Quintillas quincalleras quizás quemen quilos

Ah vale, es que soy nuevo y todavía no le pillado el tranquillo a esto, gracias, ya me voy aclarando.

 

Me enfurruña todavía,
de la página, el formato.
No es que sea timorato
o me pierda en fruslería,
mas no cambia de hace rato.

 

De muy jovencito, Pingo
me llamaban por veloz.
También tenía una coz
en el juego del domingo
de romperedes precoz.

Pingo: m. Arg., Bol., Chile y Par. caballo (‖ mamífero).

 

Él era un niño precoz:
con dos podía correr,
con tres sabía leer,
ya con cinco era veloz,
él era de no creer.​

 

Hay que ver para creer:
¡asustaste al Cuasimodo!
Con Frankenstein, codo a codo
te dedicaste a beber.
Él fue el que acabó beodo.

 

Volvía a casa beodo
esquivando las farolas
y, tras caerse en el lodo
cuando doblaba un recodo,
decidió ponerse en bolas.

​

 

Sin un morlaco y en bolas
enfiló hacia la taberna.
Lleno como una cisterna
se dispuso a hacer cabriolas
y así se rompió una pierna.

Morlaco: m. Arg., Bol., Col., Hond., Perú y Ur. Peso duro, patacón.

 

¡Cómo me duele la pierna!
La herida sigue muy tierna,
se me ha hinchado ese tobillo
que si lo tocas te chillo
como una feroz galerna.

 

Te había amado fielmente,
pero tú en mí no confiabas,
te torturabas la mente
luego supe que me espiabas
el final se hizo presente.​

 

En el presente​

se da el vivir
entre la gente
siendo consciente
hasta el morir.​

 

Aquí no hay ningún misterio
nunca tuvo amor de madre.
Ayer en el cementerio
puso un traspié al compadre,
el muy cabrón no es muy serio.

 

Espantosamente serio
fue su oráculo; su risa
anduvo por la cornisa
de lo insano. ¡Gran misterio
el don de esa pitonisa!

 

Aquí lo estoy esperando;
fuego, guitarras y vino;
busco ese amor clandestino,
de esos que vuelan reptando,
mezcla de seda y de espino.

 

Se vistió de sol y espino.
La carne me laceró
y bien poco me importó
que además, sin prisa, el tino
golosa me devoró.

 

¿Era Gardel italiano?
¡nunca escuché nada igual!
todos sabemos hermano
que era uruguayo el zorzal ;
te lo diré "mano a mano".

 

Cantó nomás “Mano a mano”
el Morocho, sin rencores.
Enconos, de las peores
cosas son para, de plano,
amplificar los dolores.

 

Mi buena amiga Dolores
siempre anda de cachondeo
sacándome los colores,
porque me regala flores
y dulces cuando la veo.

​

 

Celebérrimo panel
evaluaba en la velada
del disfraz una ensalada:
"Jalogüín", Papá Noel...
¡qué tremenda payasada!

 

Insiste repetidora
que si la sigo me espera.
Resultó que era traidora
me trepé en la escaladora
y se fue por la escalera.

 

Bajando iba la escalera
cuando el móbil me sonó;
mi novieta zalamera
me dejo un rato en espera
y los cuernos confesó.​

 

Gente: recordemos que hay que tomar el hilo en base a la palabra final del verso de cierre. El hilo se ha cortado en "payasada".