Quintillas quincalleras quizás quemen quilos

Antes de que empezara
la lluvia, me guarecí.
Observé entre la tacuara
el vuelo del colibrí
esperando que escampara.

 

Que su cuarto se escampara
por don de la Providencia
es lo que, con gran paciencia,
le pido a mi hijita Sara.
¡Cómo si fuera una ciencia!

 

“¡Me dejó cuadriculado!”
con la “vida de cuadritos”,
me dicen mis amiguitos
que del Caribe han llegado
y que atienden chiringuitos.

 

Ya compré en los chiringuitos
algo para merendar
aquí pican los mosquitos
y en vez de voces son gritos
yo no me quiero quedar.

 

Disculpe estimado maramin, fue cuestión de segundos...

 

Podré ejercer de docente
el día que el presidente
con mi sueldo sobreviva;
mas por desgracia es un ente,
con berretines de diva.

 

Él esperaba paciente
la llegada del ministro,
y se encomendaba a Cristo
para que a él y a su gente
no les pareciera un fistro *.
​

Fistro: Es una palabra que significa fulano, tal, individuo.
Es un término inventado por el cómico español Chiquito de la Calzada.
Se puede tomar como un insulto amistoso entre amigos.

 

Al auto no lo registro,
el seguro es oneroso.
Con mi salario penoso
si muy bien no me administro
me voy derechito al foso.

 

Caí en un profundo foso
caída luenga sinfín
mi sueño era tormentoso
al despertar sentí gozo
la noche llegó a su fin.​

 

El desencanto tatuó
en mi vida algo indecible.
Fue sentirme consumible,
fumable, como un bongó
emparchado e inservible.

 

No existe nada inservible
algo bueno ha de tener.
A todo, razón de ser
aunque parezca increíble
le asignó el gran poder

 

Tienes razón con mi anterior quintilla, Maramin,
y la tuya para explicar el equívoco es genial.

Pues yo quisiera poder
enmendar mi error en Cristo,
no me di cuenta al leer
que un error iba a tener.
¡Ay!, que fácil me despisto.


​

 

Te duermes en una esquina
de nuestro lecho amoroso
y yo no tengo reposo.
Me hieres con una espina
yo que soy tan cariñoso.

 

Soy un tipo cariñoso,
tal vez un poco insistente
cuando me viene a la mente
tornarme en libidinoso
amante que te consiente.

 

Observo que se consiente
escribir quintillas cojas
haciéndolo tan de frente,
quizás de forma inconsciente,
que no vemos que son flojas.

 

Arreglé una de las flojas,
le faltaba un “te” a la mía.
A otro tema, compañía:
Me gustan las pelirrojas.
¡Gran debilidad la mía!

 

Me encontré con alegría
tu palabra machacando
sin cejar en tu porfía
las quintillas alegrando
ya parece una manía.​

 

Tengo una simple manía:
seguir la técnica en firme,
de las reglas nunca irme
y agradecer la empatía
de mi error claro decirme.

 

Tiene su encanto el flamenco,
sus bulerías sus rolas,
sus Camarones sus Lolas,
y ese narcótico elenco
de guitarras españolas.