Quintillas quincalleras quizás quemen quilos

De muchas cosas compendio
se considera el hortera;
le admiro porque no espera
para nada el vilipendio
que ni entiende ni le altera.

 

De caracol la escalera
nos lleva al piso de arriba
y es la mejor manera
porque suena la madera
y no asustas a la diva.

 

Tu mirada me revela
guardados resentimientos.
Un corazón que recela
y esconde sus sentimientos
por temor a que le duela.

 

Hay que ser especialista
si quieres tener un nombre;
quédate en generalista
sin demasiado renombre
y no seas tan papista.

 

Para aquél tipo papista
que critica al mundo entero
y en el pecado se enquista
recomiendo se desvista
para leer a Lutero.
​

 

A Juan Calvino y Lutero
les llamaron protestantes.
Se mostraban muy distantes,
de rostro fiero y cabrero*,
quejijosos, mas pensantes.
​

adj. coloq. Arg. Que es, o suele estar, malhumorado, agresivo o irritado. U. t. c. s.

 

Eran dos tipos pensantes,
meditaban cada paso
con gran temor al fracaso.
Para ponerse los guantes
les alcanzaba el ocaso.

 

A veces, “es el destino”
lo que resulta otra cosa,
producto de un desatino.
¿Es la suerte caprichosa
o se ayuda al buen camino?​

 

Me provoca gran sudor
el pase a segunda fase.
Digo, pase lo que pase,
creo sería mejor
si de ver fútbol dejase.​

 

Si ya de fumar dejase
¿mi vida mejoraría?
¿La ansiedad resistiría
o sería una fase
tras la que al final caería?​

 

Dice el doctor caería
abatido porque el mal
que me aqueja, es fatal
y la vida perdería.
Pero me siento inmortal.

 

Que yo no soy inmortal
lo tengo bastante claro
y, por eso, me preparo
para ese día fatal
buscando en el cielo amparo.

 

Si acaso me descontrolo
mejor no quedarme solo;
por mucho que me trastoque
el ir de uno a otro polo
tengo a mi piedra de toque.​

 

Si a mí correspondiere
decir con quién iría
a él lo elegiría.
La dama que me quiere
es mala compañía.

 

Dicen “mala compañía”
cuando me ven de tu mano.
Tu padre, como un gusano
ya me trata sin tutía,
solo por ser más anciano.​

 

Aquí en la costa risueños
con este sol ejemplar,
con los signos en el mar
que se desatan en sueños
servidos de este manjar.

 

Y yo sigo con pequeños
según Maramín culmina
y así el Hilo determina.
No frunzamos nuestros ceños
ni corramos la cortina.

 

La mentira es peligrosa
que se "pilla antes que al cojo",
yo del refrán lo recojo,
al que, como si tal cosa,
engaña sin gran sonrojo.

 

(Está bien que hayan continuado el hilo, se me había mezclado con el pie en liras)

Fue inevitable el sonrojo,
el parpadeo en la noche
enseña el dulce derroche
traducido en el despojo.
No cabe ningún reproche.​

 

En el Mundo del Reproche
el tuyo llega a la cima.
Con el ego por tarima
me motejas de fantoche.
Generas pésimo clima.​