Retrato

Los pliegues de la piel
retuercen el papel de su retrato;
su cara, inexpresiva,
destaca la experiencia a sus espaldas
portando grandes bolsas en sus ojos
que no han soltado lastre;
el blanco en que se tiñe su cabello
abriga su cabeza;
y el brillo que desprenden sus pupilas,
un trazo de amargura.

La vida, su calvario,
la opción equivocada, dignamente
resuelta en el destierro;
la pena contenida
no ha regalado lágrimas a nadie
al ser utilizadas
de riego a la nostalgia que soporta.

La sonrisa que esconde tras su gesto
es aire de bondad
puesta a disposición de sus amigos,
también de su familia.

Se fue con un suspiro,
nunca causó molestia.
Lamento, cada día que me falta,
no haber aprovechado cada hora
que nos robó la prisa.

 

Cuanto tiempo, me alegra verte de nuevo por aquí. Me di cuenta de que este poema no lo habían compartido....